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ES TIEMPO DE RETOMAR LA VIDA, DE CAMBIAR Y DEJARNOS TRANSFORMAR POR LA EXPERIENCIA DEL ENCUENTRO CON JESÚS RESUCITADO

Mons. Guillermo Elías celebra la Pascua con nuestros hermanos encarcelados

24 de abril de 2025 (Oficina de Prensa). – En la Octava de Pascua, nuestro Administrador Apostólico Mons. Guillermo Elías Millares, realizó una visita al Establecimiento Penitenciario de Varones de “Río Seco” para celebrar la Pascua con nuestros hermanos internos, presidiendo la Santa Misa y luego unos momentos de diálogo y compartir fraterno. Estuvieron presentes en la Eucaristía el Ingeniero Otón García Jave, secretario ejecutivo de la Diaconía para la Justicia y la Paz, el Señor Genaro Escamilo Gómez, director del Establecimiento Penitenciario de Piura, así como los miembros de la Pastoral Carcelaria, trabajadores y profesionales que laboran diariamente en este Penal, que actualmente alberga a una población cercana a los 4,000 internos.

Juntos oraron a Dios por todos encarcelados que afrontan grandes penurias e incertidumbres, para que encuentren en el Señor Jesús, la verdadera libertad y la fortaleza que procede del encuentro personal con Él. También pidieron por todos sus familiares en especial por sus padres e hijos que sufren por no tenerles cerca, que, por intercesión de Nuestra Señora de las Mercedes, Dios les conforte y provea lo necesario para el diario vivir en sus hogares. Además, pidieron por todos los que tienen responsabilidades en el funcionamiento de los Centros Penitenciarios, para que realicen su labor buscando el bien y la dignidad de los internos que tienen a su cargo.

Durante su homilía, nuestro Administrador Apostólico dijo: “Queridos hermanos, en este día la alegría de la Pascua debe llenar nuestros corazones. Hemos celebrado la Pascua y el misterio de Cristo Resucitado debe llenar todas nuestras actitudes, debe llenar todas nuestras voluntades, para que así también nosotros participemos en la Eucaristía, con esa alegría que nos ha prometido para siempre el Señor. Hoy, en la primera lectura, se resalta la importancia de la fe y en quien ponemos nuestra fe. En las palabras que se ponen en boca de Pedro, se destaca que podemos tener una historia, de la cual se puede no estar muy orgulloso. Pero es tiempo de retomar la vida, de cambiar y dejarnos transformar por la experiencia del encuentro con Jesús Resucitado. El Señor sabía muy bien que sus discípulos tenían dificultades para reconocer el misterio de la Resurrección, por eso acompañó a los discípulos, para que mientras caminaban con tristeza su corazón escuchase sus palabras, las palabras de ese desconocido que se les acercó en la travesía hacia Emaús. Y así los fue convenciendo del misterio, hasta el momento al que sentados a la mesa partió el pan, ahí lo reconocieron”.

Monseñor Guillermo aseveró que: “Estos relatos pascuales fundamentales, nos narran el proceso del «Encuentro con el Resucitado». Experiencias de miedo, confusión, incertidumbres y certezas. El relato trae las diversas dinámicas de lo que implica el encontrarse con Jesús: las dudas del corazón, la alegría, la sorpresa inaudita, el querer creer y el terror ante lo que parece «imposible». Tanto ayer como hoy, se narran estas experiencias en la vida de fe. Y Jesús resucitado también se aproxima de nosotros rompiendo esquemas y haciéndose muy próximo y sencillo. Esto también lo hace por medio de encuentros comunitarios, que nos permiten vivir una misma experiencia y, al mismo tiempo, posibilitan que se consolide la fe compartida. Pero no es una fe intimista y espiritualista, tampoco mágica, es por ello por lo que, Jesús Resucitado insiste en hacernos comprender las Escrituras, en adentrarnos en el misterio de «creer», en las implicaciones concretas ante las dificultades, los problemas y los grandes desafíos que se nos presentan. Muchas veces buscamos en la fe la posibilidad de una vida más sencilla y fácil. Pero no es por ahí, hermanos. Miremos al Maestro, en lo que vivió y en cómo fue respondiendo a cada situación que se le fue presentando”.

Por último, destacó que: “Hoy por hoy, también tenemos que decir: por ayuda, por misericordia del Señor: Creo Señor, aumenta mi fe. Pero yo también quiero decir: Vivo Señor, aumenta mi vida, para que cada vez más sea más intenso mi amor y así más intensa mi cercanía a tu corazón. Hoy también quiero comprometerme a anunciar este misterio que es el misterio de la vida y de la muerte, de la muerte que es superada y de la vida que no pasa. Creo, vivo, anuncio, y anuncio a todos mis hermanos, porque la vocación de todos los hombres, que es la vocación divina en Cristo. Los cristianos lo sabemos, lo queremos anunciar al mundo, aunque el mundo tenga tantas dificultades para abrirse al misterio de Dios y de su Amor. Con la fuerza de la Pascua, yo quiero creer, vivir y anunciar. ¡Gracias Señor!”.

Cabe destacar que, al terminar la celebración Eucarística, nuestro Pastor compartió un interesante diálogo con los internos, dirigiéndoles unas palabras de cercanía y apoyo, manifestándoles que la Iglesia de Piura y Tumbes, está siempre preocupada en atenderlos en sus necesidades, a través de los diversos talleres que impulsa el Arzobispado de Piura, a través de la Diaconía para la Justicia y la Paz. Monseñor estuvo brindando también el sacramento de la reconciliación a nuestros hermanos internos, y algunos de ellos como Urso Malara y Víctor Rivera, le brindaron sus testimonios de vida y conversión, destacando cómo a través de la intercesión del Espíritu Santo vienen reconciliándose con el Señor, con ellos mismos, con sus familias, y con sus compañeros internos. Además, como un hermoso gesto de cercanía y unidad, los integrantes de la Pastoral Carcelaria llevaron un refrigerio que compartieron con nuestros hermanos internos, quienes recibieron además como obsequio para sus pabellones, una hermosa imagen del Señor Jesús.