Noticias

MONS. GUILLERMO ELIAS CELEBRA TRADICIONAL FIESTA DE SAN JACINTO FORASTERO EN SECHURA

18 de septiembre de 2024 (Oficina de Prensa).- En un clima de profundo fervor nuestro Administrador Apostólico Mons. Guillermo Elías Millares, celebró la Santa Misa en la imponente iglesia de San Martín de Tours de Sechura con ocasión de la Novena en honor a San Jacinto Forastero, cuya imagen y devoción fueron traídas desde Guayaquil por devotos pescadores de Sechura. La celebración eucarística fue concelebrada por el R.P. Tito Zapata Olivares, Párroco de la Parroquia San Martín de Tours, el Vicario Parroquial R.P. Denis Marín Aquino Sosa y el R.P. Jaime Emilio Gonzáles. También asistieron miembros de la Hermandad de San Jacinto Forastero y gran cantidad de fieles de la zona que se dieron cita para participar de esta celebración a San Jacinto que hoy cuenta con numerosos seguidores en el Bajo Piura.

Durante su homilía, nuestro Pastor dijo: “Queridos hermanos, como les dije al inicio de la Eucaristía, la Misa se celebra. Por ello, al venir al templo debemos recordar que la fiesta no es un elemento externo, es un elemento interno que debe pasar por nosotros. La Palabra hoy ha centrado nuestra atención en lo grande que es la Eucaristía, Jesús nos ha dicho: «Yo soy el Pan de la Vida». El Evangelio nos llama a una profunda reflexión: si no comemos la carne del Hijo del hombre y no bebemos su sangre, no tenemos vida. San Jacinto experimentó ese gran amor a la Eucaristía. Como él, un hombre y una mujer católica que vienen al templo a participar de la Santa Misa debe tener claro en el corazón que su culto no puede quedarse en puramente lo externo, tiene que acontecer en el interior de nuestra vida”.

En otro momento, Monseñor Guillermo destacó que: “el católico de hoy tiene que discernir que está implicando su vida y que está implicando la fe que profesamos como católicos. Los animo a que no sean irreflexivos, antes bien traten de descubrir cuál es la voluntad del Señor, cuál es el propósito de tu vida, déjense llenar del Espíritu y den gracias en todo en nombre del Señor. Queridos hermanos yo he venido con todo el deseo de mi corazón a celebrar con ustedes el don de la Eucaristía, pero les recuerdo que el don de la Eucaristía no es simplemente estar aquí en el templo esta mañana, es interiorizar, es dejar que el poder de la palabra transforme nuestras vidas y que de aquí salgamos renovados, para realmente tener una vida en la que todos nos gloriemos como Cristo lo hizo en su propia vida”.

Finalmente, nuestro Administrador Apostólico recalcó: “Venerar a un santo es venerar la vida de este Santo, intimar su vida, sus actitudes, sus valores, porque de otra manera esa veneración es incompleta, no edifica nuestra vida. No olvidemos que el mejor honor que le podemos dar a los Santos no son las flores, ni las fiestas, sino el imitar lo que ellos intentaron vivir desde Cristo y por Cristo. Queridos hermanos, que el poder de esta palabra hoy nos ayude, y que podamos todos alrededor de esta hermosa mesa que el Señor nos ofrece, preguntarnos de verdad, si es que realmente nos estamos nutriendo de Él”.

Cabe recordar que San Jacinto nació en Polonia a finales del siglo XII, hijo de una familia de nobles polacos. Desde temprana edad sintió el llamado del Señor. Al conocer en Roma a Santo Domingo de Guzmán decide ingresar a la Orden de Predicadores y vestir su hábito. En Cracovia funda el primer convento de su orden al cual ingresan muchos jóvenes siguiendo su ejemplo. Fue un gran predicador y evangelizador del norte de Europa y de Prusia desde donde pasa a Rusia llegando hasta Kiev. Murió el 15 de agosto de 1257. Fue canonizado por el Papa Clemente VIII el año 1594 y el Papa Urbano VIII fijó su fiesta el día 16 de agosto.

Al culminar la Santa Misa, Mons. Guillermo bendijo una hermosa imagen de San Jacinto Forastero, que ha sido recientemente elaborada para que pueda ser llevada en peregrinación por toda la jurisdicción Parroquial. En Sechura esta fiesta se celebra el tercer domingo del mes de agosto y en su templo se conserva una reliquia de primer grado del santo, así como el documento original que refrenda su autenticidad, firmado de puño y letra por el entonces Arzobispo de Cracovia Cardenal Karol Wojtyla, quien sería más tarde el gran San Juan Pablo II.

Compartir: