HOMILÍA DEL ARZOBISPO METROPOLITANO EN LA SANTA MISA POR NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES PATRONA DE LAS FUERZAS ARMADAS Y DE LA ARQUIDIÓCESIS DE PIURA
NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES
PATRONA DE LAS FUERZAS ARMADAS
Y DE LA ARQUIDIÓCESIS DE PIURA
Madre y Patrona de nuestras Fuerzas Armadas
Nuestras Fuerzas Armadas, rinden sentido homenaje de amor filial a “Nuestra Señora de las Mercedes”, Gran Mariscala de nuestra Patria, Patrona Perpetua de los Campos del Perú, y Patrona de las Armas de la Nación, título éste último que cumple 200 años de haberle sido otorgado por el Congreso Nacional. Por eso, sus hijos que visten el uniforme de la Patria le rinden el día de hoy sentido homenaje, así como los honores correspondientes a su alta jerarquía militar.
Hoy, cercana su gran fiesta, venimos a ponernos bajo su protección, porque sabemos que Ella no deja de prodigar sus cuidados a quienes la invocan como su Madre y Señora. De manera especial, queremos poner bajo su resguardo a nuestras Fuerzas Armadas, desde sus Comandantes Generales, hasta el último soldado, aviador, y marino, que con sacrificio, lealtad, sentido del deber, disciplina, honor, y ejemplaridad, sirven a la Patria. Le pedimos que los proteja de todo mal, bendiga a sus familias, y les asista en el cumplimiento de sus altas responsabilidades de preservar la soberanía e integridad territorial, contribuir al orden interno, y coadyuvar al desarrollo integral del país.
Nuestro homenaje a ustedes que, con muchos sacrificios y limitaciones, y a veces en medio de grandes incomprensiones, hacen de sus vidas, una existencia de amor y servicio al Perú, que llega, en no pocos casos, hasta la entrega de la propia vida por la Patria.
Les pido que hoy y siempre, se consagren a nuestra Madre Santísima de “Las Mercedes”, siguiendo el ejemplo del Gran Mariscal del Perú, don Andrés Avelino Cáceres Dorregaray quien, a través de una oración pronunciada en su vejez, el año 1921, a escasos dos años de su muerte, reveló que su piedad filial mariana era la fuente de donde brotaba su larga, dilatada, y heroica carrera de servicio al Perú. Efectivamente, su amor a Santa María, “Madre de todas las Mercedes”, era de dónde “Taita Cáceres”, obtenía todo su ingenio, fortaleza, y espíritu indomable. Por eso, el día de hoy hacemos nuestra la oración del valeroso Mariscal: “Madre de nuestro Ejército: humilde a tus plantas como acostumbré en mi juventud de soldado, hoy el anciano Mariscal te repite el ruego de toda su vida: que la fe en las mercedes que otorgas, cual guía luminosa abra al Perú la ruta de la gloria”.
Del Mariscal Cáceres y de sus valientes soldados, afirmó con gran acierto nuestro ilustre historiador de la República, don Jorge Basadre Grohmann: “Él solo hizo la tarea de muchos hombres. Fue como la proa de una nave que caminara aunque fuese mutilada. Los harapos de sus soldados brillaban como una bandera al sol. Parecía este puñado de hombres llevar la patria en brazos. Y hubo momentos en que pudo decirse que en el Perú no relucía oro de más quilates que la espada de Cáceres”.[1]
Es oportuno señalar, que el próximo 10 de octubre, se cumplirán 100 años del fallecimiento del Gran Mariscal Cáceres.
Cuatro nuevos héroes de la pacificación
El día de hoy, a los pies de la “Virgen de las Mercedes”, queremos encomendar especialmente las almas de los cuatro valerosos soldados de nuestro Ejército, quienes recientemente ofrendaron sus vidas por la pacificación del Perú, al morir valientemente en un enfrentamiento con una columna terrorista de Sendero Luminoso, en el distrito de Putis, provincia de Huanta, Ayacucho, mientras realizaban una misión de control territorial.
Ellos son: El Teniente EP Michael Bazán Peche, el suboficial de 1ra EP Amderson Huanaco Arrigoila, el suboficial de 1ra. EP Dani Cayahua Condori, y el sargento 1ro. EP Fermín Arroyo Guzmán. Lamentamos de corazón la muerte de estos valerosos soldados peruanos, y los encomendamos a la misericordia divina, con la seguridad de que el narcoterrorismo, sanguinario y diabólico, será finalmente derrotado.
Queridos miembros de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales: Gracias por vuestra valiente labor en favor de la pacificación del Perú, y por la ayuda que diariamente prestan a los más pobres y vulnerables, a través de tantas misiones militares y humanitarias que llevan a cabo en las zonas más humildes y alejadas de nuestra Patria, misiones que los exponen a menudo a muchos peligros y a grandes sacrificios.
Como les dijo San Juan Pablo II: “Vuestra experiencia diaria os lleva a afrontar situaciones difíciles y, a veces, dramáticas, que ponen en peligro las seguridades humanas. Pero el Evangelio nos consuela, presentándonos la figura victoriosa de Cristo, Juez de la historia. Él, con su presencia, ilumina la oscuridad e incluso la desesperación del hombre, y da a quien confía en Él, la certeza consoladora de su asistencia constante. Por más complejas y problemáticas que sean las situaciones, no perdáis la confianza. En el corazón del hombre jamás debe morir el germen de la esperanza. Más bien, estad siempre atentos a descubrir y fomentar todo signo positivo de renovación personal y social. Estad dispuestos a favorecer con todos los medios la valiente construcción de la justicia y de la paz”.[2]
Demanda inaceptable que exige nuestro más firme rechazo
Recientemente, se ha hecho público que, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), acogió una demanda presentada por el líder y fundador del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), el terrorista, Víctor Polay Campos.
El informe de admisibilidad, emitido en marzo del 2022, pretende modificar la jurisprudencia sobre juzgamientos por terrorismo. Sea propicia esta ocasión para rechazar firmemente este hecho, así como reprobar que ello haya ocurrido con la complicidad de algunos gobernantes y políticos, que en su momento callaron e hicieron una pobrísima defensa legal del Perú. Indigna ver que quien fue un violador sistemático de los derechos humanos, pretenda ahora invocarlos en su favor ante la justicia internacional.
Para quienes no lo saben o lo han olvidado, el grupo terrorista “MRTA”, secuestró, torturó, y asesinó a peruanos sin mostrar un mínimo grado de humanidad. A sus víctimas las encerraban en las llamadas “cárceles del pueblo”, donde las mantenían por muchos meses inmóviles y en condiciones infrahumanas de vida, exigiéndole a sus familiares altas sumas de dinero a cambio de su liberación, del cual, posteriormente lucraban sus cabecillas en provecho propio. En mis tiempos de párroco en la ciudad de Lima, pude conocer de cerca el sufrimiento que vivieron varios secuestrados, así como el dolor de las familias que padecieron la pérdida de sus seres queridos por culpa de este movimiento terrorista y criminal. Ante el silencio cómplice y la inacción de gobiernos pasados frente a esta demanda, hoy se requiere una valiente, pronta, y eficiente respuesta por parte del Estado Peruano, porque el terrorismo es profundamente inhumano y antievangélico, es enemigo de la dignidad de la persona humana, y de toda convivencia social. Como claramente afirma el Papa Francisco: “El terrorismo, es malo. Es malo en su origen y es malo en sus resultados. Es malo porque nace del odio. Es malo en sus resultados porque no construye, destruye… El camino del terrorismo es fundamentalmente criminal”.[3] Por ello, nunca se puede transigir con él.
La Virgen de las Mercedes, Patrona de la Arquidiócesis de Piura
La devoción a “Nuestra Señora de las Mercedes”, comienza con la gesta de la evangelización constituyente del Perú, en concreto con la llegada de los frailes mercedarios entre 1533-1534, es decir, en los albores del anuncio del Evangelio en nuestra Patria, que tuvo a San Miguel de Piura, como “la puerta de la fe para el Perú”.
En nuestro caso, su devoción fue adentrándose poco a poco en el corazón de los piuranos, y de los paiteños en particular, hasta llegar a ser hoy por hoy, una de las fibras más profundas y vivas de nuestra piuranidad, a tal punto que “Nuestra Señora de las Mercedes” es la Patrona de nuestra Arquidiócesis, a la que cariñosa y filialmente llamamos “La Mechita”. Ella, nos cuida y guía desde su Santuario de Paita, tierra donde quiso que se le edificase su “casita sagrada”, para desde ahí entregarnos “su Amor Persona”, es decir, a su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. El fervoroso culto que hoy se le rinde a “Nuestra Señora de las Mercedes”, se remonta al siglo XVI, en los tiempos en que en Paita sólo existían algunas pobres casas de pescadores, en lo que hoy se conoce como el barrio Atahualpa. En medio de esas humildes viviendas se construyó una pequeña capilla bajo la advocación de la “Virgen de las Mercedes”. Más tarde, cuando la población creció en número e importancia, se erigió un templo más digno para la Santísima Virgen, que aquella modesta ermita original.
Pero su culto comenzó a extenderse, traspasando los límites de nuestra Región Piura, hasta alcanzar sus actuales dimensiones multitudinarias y de integración nacional e internacional, con la incursión del pirata inglés George Anson al puerto de Paita, entre el 13 y el 15 de noviembre de 1741, y de sus vanos intentos por robar y decapitar la sagrada imagen sin lograrlo. Actualmente se puede observar en la imagen de Nuestra Madre, que se venera en Paita, la sacrílega herida que en el cuello de “Nuestra Señora de las Mercedes” causara la espada del pirata. Por ello en su Himno le cantamos, a la vencedora de Satanás y de sus secuaces: “Con la herida en tu cuello con cetro de majestad”.
“Reina de la Fe y Estrella de la Evangelización”
Por otro lado, no hay que olvidar los maravillosos títulos que San Juan Pablo II le dio a nuestra Madre aquí en Piura en su memorable visita del 4 de febrero de 1985, al llamarla “Reina de la Fe y Estrella de la Evangelización”, títulos que definen la persona y la misión maternal de Santa María, porque así como una estrella resplandece en la oscuridad de la noche y orienta el camino del peregrino y del navegante, así María ilumina las tinieblas de nuestro pecado alcanzándonos de su Divino Hijo el vernos libres de él, y además nos orienta, en medio de los desafíos y peligros de la vida, para que podamos cumplir con nuestra misión de cristianos e hijos de la Iglesia, la cual no es otra sino evangelizar. Igualmente, así como la luz de la estrella precede a la salida del sol, así Santa María, “Madre de todas las Mercedes”, guía nuestros pasos al encuentro de vida con el Señor Jesús, el Sol de Justicia que nace de lo alto, el único Salvador del mundo, ayer, hoy, y lo será siempre (ver Lc 1, 78-79; Heb 13, 8).
Que el amor a Nuestra Madre una a los peruanos y piuranos
Queridos hermanos: Hoy los invito a contemplar la hermosa imagen de “Nuestra Señora de las Mercedes”. Ella lleva en su vestido, a la altura de su vientre virginal e inmaculado, el Escudo Nacional como diciéndonos: “Ustedes son mis hijos, mis hijos muy queridos, fruto de mi gran fe. Junto con Jesús, realmente los he concebido en mis entrañas y los he dado a luz para la salvación. Ustedes son, en mi Hijo Jesucristo, hermanos. Ya es hora de que dejen de estar enfrentados, y por el bien superior del Perú y de Piura, aprendan a dejar de lado sus intereses personales y de grupo, y más bien ámense los unos a los otros”.
Sí, queridos hermanos, “Nuestra Señora de las Mercedes”, al llevar el Escudo Nacional en su vestido blanco, símbolo de su pureza inmaculada, nos recuerda que somos sus hijos, y que todos somos peruanos, y que si queremos una Patria grande que realice su destino histórico, urge que erradiquemos el egoísmo partidista y personal; apremia que los poderes del Estado se unan en la común misión de hacer del Perú una gran Nación; se hace necesario superar la violencia como forma de protesta, porque además de ser anti cristiana, trae consigo destrucción, atraso y muerte de peruanos; urge sacudirse de las ideologías totalitarias de odio y terror, y también de aquellas relativistas y reduccionistas que empobrecen y distorsionan la verdad de la persona humana, atentando gravemente contra su dignidad. Más bien, impulsemos la educación en valores de nuestra juventud, tanto en el hogar como en las escuelas, retomando en éstas últimas las asignaturas de Historia del Perú, Ética y Educación Cívica con renovado empuje y claridad de contenidos.
Sigamos fortaleciendo el camino de unidad iniciado hace poco por nuestras autoridades, y hagamos realidad el sueño de Jorge Basadre, de ver a todos los peruanos sentados en una gran mesa, dialogando, coordinando, y trabajando juntos por el desarrollo integral, en nuestro caso de Piura. Para ello se requiere mucha humildad, buena voluntad, y comprender que el fin de la política, no es el poder y el afán de protagonismo, sino la consecución del bien común. La razón de ser de la política es el servicio del hombre con sus exigencias trascendentes y éticas.
Sigamos trabajando juntos, tomando las mejores decisiones en orden a resolver los problemas de la vida diaria, de la educación, de la salud, y de la familia, para dar mejor calidad de vida a los piuranos, y así proteger la dignidad y los derechos de la persona humana, desde su concepción hasta su fin natural, promoviendo en todo momento la justicia, la honestidad, y la convivencia pacífica en la sociedad.
Campaña de Oración a “La Mechita” para que no haya lluvias devastadoras
Con ocasión de celebrarse dentro de pocos días la Solemnidad de “Nuestra Señora de las Mercedes”, Madre de todos los piuranos y tumbesinos, quiero convocarlos a iniciar una continua y perseverante “Campaña de Oración a La Mechita”, para que por su intercesión, Dios, Uno y Trino, Creador del cielo y de la tierra, nos conceda un buen tiempo, y aleje de nosotros todo peligro y mal, ante la posibilidad de un nuevo “Fenómeno del Niño”, el cual podría tener consecuencias devastadoras para nuestra ya golpeada, maltrecha, vulnerable, y sufrida Región.
Las lluvias no son malas, más aún, son necesarias, porque el agua es vida. El problema está cuando las autoridades son indolentes y omisas, y no ejercen su responsabilidad de velar por la realización de las obras de prevención y desarrollo que tanto necesita y espera nuestra Región.
Por ello los invito a hacer esta oración durante los próximos meses, uniéndola al rezo diario del Santo Rosario:
Madre Santísima. Madre de todas las Mercedes. Escucha nuestra plegaria confiada en estos momentos en que tememos que fuertes lluvias puedan azotar nuevamente a Piura y Tumbes, amenazando nuestras vidas, viviendas, cultivos, pesca y ganados.
Tú, como Madre compasiva que eres, atiendes siempre los ruegos de tus hijos, y te compadeces de nuestras dificultades y dolencias. Por ello mira a tu pueblo en oración que confiado recurre a Ti.
Sabemos que, como en Caná de Galilea, tu Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, nada te niega. Intercede por nosotros ante Él, suplícale para que nos conceda la gracia de un tiempo tranquilo y sereno.
Que en este año y el próximo, no haya lluvias devastadoras que generen inundaciones, muerte de inocentes, pérdidas de nuestras casas, cosechas, pesca, ganado, y bienes, y que tengamos en las carreteras una viabilidad segura. Disipa nuestros temores y angustias, escucha nuestras súplicas, y protégenos de todo peligro y mal, presente y futuro.
Acoge, “Mechita nuestra”, nuestra oración, como tantas veces a lo largo de los siglos, has respondido positivamente a las súplicas de tu pueblo en rogativa.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
Que así sea. Amén.
San Miguel de Piura, 21 de septiembre de 2023
Nuestra Señora de las Mercedes
Patrona de las Fuerzas Armadas del Perú
y de la Arquidiócesis de Piura
[1] Jorge Basadre Grohmann, “Efigie de Cáceres”. Historia de la República del Perú [1822-1933]. Lima: El Comercio, 2005.
[2] San Juan Pablo II, Homilía en el Jubileo de los Militares y Policías, 19-XI-2000, n. 3.
[3] S.S. Francisco, Discurso Visita al Memorial del Yad Vashem, 26-V-2014.
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