Homilías

HOMILÍA MISA Y TE DEUM – PIURA 2025

HOMILÍA

.Te Deum.

Basílica Catedral de Piura

Martes 24 de Julio 2025

 

 Dignísimas autoridades en general, buenos días:

Hoy nos reunimos en esta Basílica Catedral Metropolitana de Piura para ofrecer la Eucaristía por nuestra patria: el Perú. Y de esta manera renovar el voto solemne que la patria al Eterno elevó el 28 de julio de 1821. 

Lo hacemos también para suplicar a Dios Uno y Trino, Señor de la historia, que haga descender sobre ella y sobre todos nosotros los peruanos, su bendición. Venimos a orar dando gracias a nuestro Padre en este año jubilar “Peregrinos de Esperanza”. Damos gracias por nuestra independencia y pedimos tu ayuda Señor en los profundos retos que vivimos como nación.

La Biblia nos acompaña este año, en esta Misa Te Deum, con el Evangelio de las Bodas de Caná. ¿Qué significa una Boda? Una boda es «signo de fiesta». Entre todos los invitados se encuentra la Virgen María y la vemos como una mujer atenta a la realidad. De pronto, se les acabó el vino, el cual es signo de “alegría” en una historia de amor.

Hoy recordamos contextualizando el texto bíblico que el Perú se inició como una propuesta de alegría y esperanza para todos. Esto viene siendo un largo proceso y muy complejo en los distintos campos, desarrollo, economía, integración social, participación ciudadana y política,  generando en muchos momentos descontentos entre los diversos sectores de la sociedad. Que vieron en la independencia una oportunidad para mejorar su situación.

 

Antes de la llegada del general argentino José de San Martín, hubo varias rebeliones e intentos de independencia como la de Túpac Amaru II en 1780, luego con Francisco de Zela en 1811 y la de los hermanos Angulo en 1814. Sin embargo, este proceso culminó con la independencia el 28 de julio de 1821 por don José de san Martín, aunque continuaron con luchas hasta 1824.

A nivel geográfico el Perú es rico, cuenta con una variada pluriculturalidad y diversidad en la costa, sierra y selva. O como diría el Papa Francisco en su visita a Perú: «Poseen ustedes una riquísima pluralidad cultural cada vez más interactuante que constituye el alma de este pueblo».  Sin embargo, no podemos olvidar que Dios se ha hecho presente en la Historia de Perú con la figura de grandes misioneros laicos y religiosos.

El texto dice: «No les queda vino». «¿Cómo es posible celebrar las bodas y festejar si falta lo que los profetas indicaban como un elemento típico del banquete mesiánico (cf. Am 9, 13-14; Jl 2, 24; Is 25, 6)? El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta. Es una fiesta de bodas en la cual falta el vino; los recién casados pasan vergüenza por esto. Imagínense acabar una fiesta de bodas bebiendo té; sería una vergüenza. El vino es necesario para la fiesta» ( Papa Francisco) .

En el Perú al mirar su actual situación pareciera que se nos ha terminado el vino, es decir la alegría para todos, especialmente para los pobres y vulnerables.

Vivimos una historia marcada por construir una nación de espaldas al proyecto de Dios, olvidando que hemos sido creados a su imagen y semejanza para que todos tuviéramos, todo lo necesario para vivir dignamente. Vivimos hoy en un contexto marcado por acontecimientos esperanzadores, y a la vez de desigualdad, opresión, corrupción y mentiras en todos los niveles.

¿Cómo podemos responder a esta realidad? María dice «Hagan lo que él les diga». Las palabras de María parecen coronar el marco nupcial de Caná y «Es curioso, son sus últimas palabras que nos transmiten los Evangelios: es su herencia que entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos: «Lo que Él les diga —lo que Jesús les diga—, háganlo». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es hermoso! Se trata de una expresión que evoca la fórmula de fe utilizada por el pueblo de Israel en el Sinaí como respuesta a las promesas de la Alianza: «Haremos todo cuanto ha dicho el Señor» (Ex 19, 8)».

A esto añadimos lo que dijo Jesús: «llenen de agua esas tinajas». ¿Qué representarían las tinajas en el contexto de Piura?  ¿De qué agua hablamos? ¿solo de las buenas intenciones, de las promesas incumplidas?

Cada 5 años se nos promete miles de cosas, cada día nos prometemos resoluciones que no terminan más que en buenas intenciones, este año estudiare inglés, me alimentare mejor, seré mejor papa, mejor cristiano, mejor ciudadano.

No nos purificamos para aparentar, obstaculizando el bien común en una nación tan rica como es el Perú. ¿De qué agua hablamos? No solo el agua de abluciones.  No solo es un agua de purificación, es más que eso. No es conformismo, es compromiso. Con una fe activa, que nos lleve adelante a pesar de los muros. No una fe ciega del que se niega a comprender, sino una fe de hombre y mujer que lucha por sus sueños, fe en ti y en los demás, en su nobleza y en sus buenas intenciones, fe en la luz del nuevo día. Fe en lo imposible si es hermoso, fe en que no hay mal que siempre dure.

 «Y los llenaron hasta arriba». Fueron en total 600 litros de agua. Entonces ,mandó: «Saquen ahora y llévenlo al mayordomo», y así fue, se lo llevaron. Luego el mayordomo llamando al novio le dijo:  «Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».

¿Queridos hermanos, el Perú tiene futuro? ¡Sí, el Perú tiene futuro! Solo en la medida que contemos con lo que él nos pide. ¿Y que nos pide? «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia» (cf. Is 9,1-3).

Recordemos las palabras del Papa Francisco en territorio peruano: «Vengo a Perú bajo el lema «unidos por la esperanza». Permítanme decirles que mirar esta tierra es de por sí un motivo de esperanza»[1].  

Y en la actualidad vivimos un acontecimiento histórico tras la elección del Papa Leon XIV que conoce nuestra realidad por haber vivido entre nosotros y ha dado ejemplo de amor al prójimo, y que con mucha autoridad nos ha dicho:  que «si nos amamos así, sobre el fundamento de Cristo (…), seremos un signo de paz para todos, en la sociedad y en el mundo. No hay que olvidarlo: del seno de las familias nace el futuro de los pueblos»[2]

Un aspecto que no podemos dejar pasar son las palabras de Jesús a su madre: «Mujer todavía no ha llegado mi hora». Pero si vemos la realidad actual, parece impensable la llegada de esta hora. Entonces surge la pregunta ¿Cuándo es la hora de Cristo? ¿qué implica esa hora? ¿será porque no lo hemos dejado actuar en nuestra vida, en nuestra historia?

«Las bodas de Caná son mucho más que el simple relato del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él custodia el secreto de su persona y la finalidad de su venida: el esperado Esposo da inicio a la boda que se realiza en el Misterio pascual. En esta boda Jesús vincula a sí a sus discípulos con una Alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. A esa boda todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo ya no faltará» (Papa Francisco).

Y si no falta vino, por consecuencia habrá alegría. Por lo tanto, « Esten siempre alegres en el Señor; se los repito, estén alegres. Que su mesura la conozca todo el mundo… Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.»

Queridos hermanos, solo en la medida que entremos en la dinámica de Dios, experimentaremos la alegría que viene de Dios y que es posible vivirla en nuestra hermosa patria, en nuestro servicio, en este momento de la historia nos tocó participar.

Que santa María este siempre presente en Perú, en Piura. Que nuestra Señora de las Mercedes nos recuerde las palabras de Jesús: «hagan lo que él les mande» y podamos decir juntos: Señor, «Tú eres el orgullo de nuestra raza» tú eres el «Príncipe de la paz». ¡Viva el Perú!

[1] Papa Francisco, Discurso, viernes 19 de enero de 2018.

[2] Papa Leon XIV, Jubileo de las familias, 1 de junio 2025