ORACIÓN POR EL PAPA BENEDICTO XVI
Estimados Párrocos, Rectores de iglesias, Capellanes, Superiores y Superioras de las Comunidades de Vida Consagrada, Responsables de los Movimientos Eclesiales, de Hermandades y Cofradías, y Directores de los Colegios Religiosos:
Desde aproximadamente la Semana Santa, el Papa Benedicto XVI viene sufriendo injustos e infames ataques. Se trata de una campaña de difamación y calumnias bien orquestada para atacar y denigrar la persona del Sumo Pontífice y con él a la Iglesia.
Los fieles cristianos, bien sabemos que ante las dolorosas situaciones delictivas ocurridas en la Iglesia, el Papa siempre ha actuado de manera coherente, enérgica y clara, primero como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y ahora como Sumo Pontífice.
Por ello los invito a todos a que a través de nuestra oración le hagamos llegar al Santo Padre el testimonio de nuestra solidaridad y apoyo, para lo cual les pido que en todas nuestras parroquias y comunidades se rece diariamente la adjunta Oración por el Papa, a partir de hoy hasta el 29 de junio próximo, solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, fecha en la que celebramos el Día del Papa.
No olvidemos que es nuestro deber rezar siempre por el Vicario de Cristo en la tierra, ya que según la sabia y bella expresión de San Ambrosio, “donde está Pedro, allí está la Iglesia, y donde está la Iglesia, no hay muerte, sino vida eterna”; y en el caso del Pedro de hoy que es Benedicto XVI, agradecer el don de su vida y de su ministerio petrino, su infatigable labor por proclamar a tiempo y a destiempo la verdad de Cristo, de la Iglesia y del Hombre, que constituyen fuente de renovada esperanza para la Iglesia y para el mundo de hoy.
Con mi bendición pastoral,

ORACIÓN
Oh Jesús, Señor de la Iglesia:
Renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la tierra, el Papa Benedicto XVI.
En él Tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el relativismo.
Creo firmemente que, por medio de él, Tú nos gobiernas, enseñas, y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.
Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas. Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad. Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida y firme en la fe, la esperanza y la caridad, para que sea así sacramento de tu Reconciliación.
Santa María, Madre de la Iglesia, ruega por él.
San José, patrono de la Iglesia, ruega por él.
Santos apóstoles Pedro y Pablo, rueguen por él.
San Miguel Arcángel, príncipe de la milicia celestial, ruega por él.
Que así sea. Amén.
(Padrenuestro, Ave María y Gloria por las intenciones del Papa)