“SEAMOS BIENAVENTURADOS POR HABER NACIDO O VIVIDO EN ESTE PAÍS”
Monseñor Guillermo Elías preside Santa Misa y Te Deum por el 203° Aniversario Patrio
26 de julio de 2024 (Oficina de Prensa). – En medio de un clima de profundo fervor, y con ocasión de celebrarse el 203° Aniversario de la Independencia del Perú, los fieles piuranos participaron de la Santa Misa y Te Deum en la Basílica Catedral de nuestra ciudad, donde ofrecieron sus plegarias y súplicas por el país. La celebración eucarística estuvo presidida por nuestro Administrador Apostólico, Mons. Guillermo Elías Millares y fue concelebrada por el R.P. José Sandoval Purizaca, Párroco de la Parroquia San Miguel Arcángel, el R.P. Junior Chávez Roa, Vicario Parroquial y el R.P. Felizardo Arrascue Vega, Capellán de la Fuerza Aérea, en nuestra Arquidiócesis. También se contó con la asistencia de las más altas autoridades políticas, civiles, militares, diplomáticas y universitarias de la Región, presididas por el Dr. Luis Ernesto Neyra León, Gobernador Regional de Piura y el General de División EP Marcos Albert Rodríguez Monge, Comandante General de la Primera División de Ejército y Comandante del Comando Operacional del Norte, así como de los miembros de las Asociaciones Cívico Patrióticas de nuestra ciudad.
Al iniciar su Homilía, nuestro Pastor dijo: “Hoy nos reunimos en esta Basílica Catedral de Piura para ofrecer la Eucaristía por nuestra Patria, el Perú. Y de esta manera, renovar el voto solemne que la Patria al eterno elevó el 28 de julio de 1821. Lo hacemos también para suplicar a Dios, uno y trino, Señor de la historia, que haga descender sobre ella y sobre todo nosotros, los peruanos, su abundante bendición. Venimos a orar, dando gracias a nuestro Padre por la Independencia, y pidiendo su ayuda en los profundos retos que vivimos como Nación”.
Nuestro Administrador Apostólico, reflexionando en el mensaje del Evangelio que nos narra la escena de la visitación de la Virgen a su prima Isabel, dijo: “A la luz del Evangelio de hoy, aparece la figura de María, María servidora, que antecede a Jesús, el servidor. Luz en la tiniebla. Conmueve el gesto de María que se levanta para ir deprisa a ayudar a la anciana Isabel en el parto. Similar al gesto del samaritano cercano al herido en el camino. María suscita cuidados de servicio a Isabel, tres meses, “La llena de gracia”, Madre del Rey, sirve y ayuda, y procura la vida. Cuántas veces en estos durísimos años hemos visto y recibido estos gestos de amor generoso de tantos Samaritanos y Marías en nuestras vidas. Muchos de nosotros somos los sobrevivientes de la tragedia y de muchas tragedias que vivió el Perú, que vivió Piura y Tumbes, y no podemos olvidar a la amplísima comunidad de peruanos y peruanas que arriesgaron sus vidas para salvar las nuestras, y en ello estuvo presente la Iglesia de Piura y muchas instituciones, que con generosidad sirvieron lejanas a toda ambición estrecha. La palabra proclamada y escuchada hoy es para vivirla, y renovarnos en la actualidad. En este contexto de nuestro Perú, de nuestra Región, y de nuestra Ciudad”.
“Como Pastor Administrador Apostólico de esta Ciudad – continuó Mons. Guillermo – consideró que la crisis del Perú en los últimos años tiene un aspecto intelectual y moral de gran importancia, que quizás tampoco como Iglesia hemos sabido detectar a tiempo, comprenderla y ponernos a la altura de las exigencias. Siendo un país multicultural, difícil de generar unidad entre nosotros, y estando expuestos al uso de nuestros recursos por potencias de alto nivel tecnológico, siempre se abre la posibilidad de que, para explotarlos, grupos de poder y corruptos se presten a vender el País por tener una ganancia propia, a costas de grandísimos beneficios. De este modo sólo una identidad nacional sólida y una forma de unidad no mafiosa, puede garantizar que los recursos se usen bien, y se genere un desarrollo interno que beneficie a todos los peruanos. Desarrollo económico, desarrollo humano, desarrollo cultural y espiritual que tanto requerimos”.
Nuestro Administrador Apostólico acoto que: “Como Iglesia no hemos considerado, que este nivel de degradación actual se podría dar debido a las fallas en la percepción del modo en que ha penetrado la búsqueda del dinero fácil en las mentes y el corazón de los peruanos, incluso entre nosotros los creyentes, que hace que nos cuestionemos como cristianos. ¿En que contribuye la fe cristiana a cambiar este panorama? En efecto, la existencia de una fe, expresada en una amplia religiosidad popular, que es palpable entre nosotros, sin duda muy valiosa, pero que requiere cuestionar el modo en que la vivimos como pueblo. Porque esto no garantiza su fidelidad al Proyecto de Jesús, en un País tan injusto y corrupto como el nuestro”.
Monseñor Guillermo destacó además que: “La ausencia de una fe en perspectiva de conversión permanente, como nos pide el Papa Francisco hoy en las iglesias locales, es necesario tener en cuenta esto. Revisar una opción eclesial que sólo mantenga las costumbres religiosas, sin desarrollar la perspectiva de una fe, que acoge el sentido crítico en los métodos y de lo que ello se deriva, estando casi totalmente ausente el desarrollo de la subjetividad comunitaria de los integrantes de este pueblo en el que servimos. De aquí también nos urge un replantear esta hermosa fe que profesamos, ¿Qué está construyendo cada día? La mejora de la Evangelización será la razón más importante que nos pide el Papa Francisco. Para superar esa dicotomía entre la fe y la vida. Vivir la fe con el hermano, debe suscitarnos ser mejores cristianos, mejores ciudadanos, mejores peruanos. Avanzando hacia una fe más adulta, en un pueblo sencillo y profundamente creyente, fortalecer su participación, nada mejor que la implementación urgente de procesos sinodales, como el Papa hoy nos invita”.
“Queridos hermanos, en efecto la historia de nuestro querido Perú nos exhorta a no traicionar lo mejor de su enseñanza cuando miramos nuestra rica historia. Forjada en algunos casos de humildad tras humildad, de desprendimiento tras desprendimiento. Estas actitudes y este modo de actuar Mariano y Samaritano urge en nuestra Patria, en nuestra querida Piura y Tumbes, que ya la practican diariamente la gran mayoría de los más de 34 millones de peruanos, y los 2 millones de piuranos, que saben organizarse solidariamente, especialmente las mujeres jóvenes y las organizaciones populares. La causa de nuestro pueblo, que Dios defiende, es el bien de todos, todos somos importantes, nadie está excluido. Yo estoy impactado por la gran riqueza cultural, social, humana, organizativa de los niños jóvenes, adultos, y adultos mayores de nuestra Región”, dijo nuestro Pastor.
Monseñor Guillermo exhortó a que: “Debemos tener en cuenta también que la piedad popular de tanta riqueza en el Perú alimenta la fe y la esperanza de nuestro pueblo. Como nos pide el Papa Francisco, «podemos ver la forma en que la fe, una vez recibida, se convierta en cultura y se transmita a través de símbolos, tradiciones y prácticas». En este Aniversario Patrio es nuestra tarea histórica convertirnos, todos, en lo personal y social. Convertirnos al servicio del bien común, dándonos la mano con una generosidad que genere Patria, hemos de promoverla por todos los medios adecuados y legítimos. La corrupción puede ser vencida, no nos resignemos. Volvamos al fundamento, no al pasado. Por ello nuestra tarea nacional es volver siempre, no al pasado, sino al fundamento de la sensibilidad fundadora de esta hermosa Patria, que la construiremos con generosidad tras generosidad, heroísmo tras heroísmo, martirio si es necesario, amando gratuitamente a todos y cada uno de nuestros hermanos. Quienes tuvieron o no, la gracia de nacer en este hermoso País”.
Finalmente, nuestro Administrador Apostólico nos animó a que: “Sigamos el camino que Jesús anticipó, mediante signos tangibles del Reino del Dios bueno, que permita generar un Perú más humano, más solidario, más participativo. Con los gestos que tuvo María, que no esperó que Isabel la llamara, ella acude antes. Nosotros no esperemos que esta realidad nos invita a actuar. Actuemos porque esto demanda la realidad. María no buscó la Gloria para sí misma, sino para su Señor, por eso la llamamos Bienaventurada. Que seamos bienaventurados por haber nacido o vivido en este País”.
Al finalizar la Santa Misa con gran júbilo y expresando gran amor por el Perú, todos los presentes entonaron a viva voz el Himno Te Deum y las sagradas notas de nuestro Himno Nacional, acompañados por la Banda Conjunta de Músicos de las Fuerzas Armadas del Perú. Como ya es tradicional, antes de la Sesión Solemne que se realizó en el Salón de Actos de la Municipalidad Provincial de Piura, las autoridades de nuestra ciudad disfrutaron de un momento de camaradería, durante el desayuno que ofreció Mons. Guillermo Elías Millares. Posteriormente nuestro Administrador Apostólico participó de las diferentes actividades protocolares con ocasión del Aniversario Patrio.