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SAN JOSÉ, EJEMPLO DE HUMILDAD, TRABAJO Y OBEDIENCIA A LOS PLANES DE DIOS

Mons. Guillermo Elías celebra la Fiesta Patronal de la Comunidad Parroquial de San José Obrero

01 de mayo de 2024 (Oficina de Prensa).- La mañana de hoy, en medio de un clima de profunda alegría, los fieles de la Parroquia “San José Obrero” de Piura, se reunieron para festejar la fiesta de su Santo Patrono, con una Santa Misa que fue celebrada por Mons. Guillermo Elías Millares, Administrador Apostólico de nuestra Arquidiócesis, y que fue especialmente ofrecida por esta querida comunidad parroquial y en acción de gracias al Señor por todos los trabajadores, al celebrarse también hoy, a nivel mundial, el día del trabajo.

La Eucaristía fue concelebrada por el R.P. Luis Arrasco Lucero, Párroco del lugar, así como por varios sacerdotes invitados. Estuvieron también presentes los integrantes del Consejo Parroquial y de Asuntos Económicos, así como los profesores, padres de familia y alumnos del Colegio Parroquial que lleva el nombre del Santo Patrono de esta zona.

Durante su Homilía, Mons. Guillermo les dijo: “Es una inmensa alegría para mí, poder compartir esta mañana con ustedes el don de la Eucaristía en esta Fiesta de San José, el humilde carpintero de Nazaret, que brilló y se hizo grande, porque siempre pasó desapercibido, y por ello se nos hace tan atractivo. No olvidemos que la humildad cuando es real y brota del corazón de la persona atrae. Atrae porque ilumina. Santa Teresa de Ávila decía que, lo que realmente nace de la verdad, como la humildad, trasciende”.

Monseñor Guillermo destacó además que: “Recordamos a San José como el Patrono del mundo del trabajo. El trabajo construye a la persona, porque es, ante todo, el desarrollo de nuestras capacidades, de lo que somos, y de lo que se puede esperar de nosotros, y de nosotros se pueden esperar grandes cosas, porque estamos dotados de inteligencia, de voluntad, y de libertad, hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Por eso hermanos y hermanas, no caigamos en el error de pensar que el efecto del trabajo es sólo un salario, o un modo de acceder a lo necesario para vivir. Sino por el contrario, el trabajo nos ayuda a convertirnos en las grandes personas que somos cada uno de nosotros. Así el trabajo no es el castigo por el pecado, sino por el contrario, es el mejor modo de formar a la persona, para que pueda ponerse al servicio de los demás, y ayudar a forjar una mejor comunidad familiar y social, verdaderamente humana”.

El hombre de la obediencia silenciosa

En otro momento, Monseñor Guillermo recalcó la imagen de San José como modelo de obediencia silenciosa: “San José realmente marcó en Jesús un estilo de vida sumamente interesante. No sólo se convirtió en modelo para el Niño y su Madre, sino que, acogió con obediencia el plan de Dios en su vida. Así como el don de la Sagrada Familia, y su lugar en el plan de Dios, fue confiado a José. Así también a cada uno de nosotros se nos ha confiado una tarea: ser padre, hijo, esposo. Debemos estar atentos para poder discernir constantemente ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Dónde me quiere?”.

Finalmente. Nuestro Administrador Apostólico destacó que: “San José es también el hombre del silencio hecho acción. En la Sagrada Escritura no hay ninguna palabra dicha por José. Él es el hombre del silencio y de la obediencia. Por eso, qué importante es para ustedes como comunidad parroquial, seguir el modelo de José.  De San José podemos aprender la docilidad a la palabra de Dios, y su plena disponibilidad al proyecto misterioso de Dios. Queridos hermanos y hermanas, los animo a que todas sus actitudes, valores, y actos, reflejen a San José. Por ejemplo, el respeto a la mujer, la laboriosidad, la dedicación. San José es modelo de acogida de los Planes de Dios y de docilidad a las exigencias de esos planes en la propia vida. Su actitud y su forma de proceder es más que elocuente, es todo un lenguaje cargado de fe, de amor, de obediencia, de generosidad, y de cooperación”.

 

 

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