MONS. GUILLERMO ELIAS CELEBRA FIESTA DE SANTA ROSA DE LIMA, CON LA POLICÍA NACIONAL, ENFERMERAS Y ENFERMEROS
30 de agosto de 2024 (Oficina de Prensa). – Con ocasión de la Fiesta de Santa Rosa de Lima, nuestro Administrador Apostólico Mons. Guillermo Elías Millares celebró la Solemne Santa Misa de Fiesta en la Basílica Catedral de nuestra ciudad, en homenaje a quien es Patrona de la Policía Nacional del Perú y de las enfermeras y enfermeros de nuestro País.
Participaron de esta celebración eucarística el General PNP Manuel Wuilmer Farias Zapata, Jefe de la I Región Policial de Piura, acompañado de los señores oficiales, suboficiales superiores, brigadieres, técnicos, especialistas, alumnos de las Escuelas de Educación Superior Técnico Profesional de la Policía Nacional del Perú, de La Unión (EESTP – PNP – La Unión) y de Sullana (EESTP – PNP – Sullana), personal civil de nuestra Policía Nacional del Perú, así como las enfermeras y enfermeros que forman parte del Consejo Regional I de Piura, del Colegio de Enfermeros del Perú, encabezadas por su Decano el Lic. Nehemías Fernández Mera.
También estuvieron presentes las principales autoridades políticas, judiciales, diplomáticas, universitarias, civiles y militares de nuestra Región. Por su parte, los alumnos del Colegio Policial “Basilio Ramírez Peña” en nuestra Ciudad, se hicieron presentes con un imponente bosque de banderas y un gran número de alumnas bellamente vestidas como nuestra querida Rosa de Santa María. Culminada la celebración Eucarística, la Imagen de Santa Rosa de Lima salió en hombros de los jefes policiales, siendo acompañada por gran cantidad de fieles que siguieron la procesión por la Av. Grau y la Plaza de Armas de nuestra ciudad.
Durante su Homilía, nuestro Pastor dijo: “Hoy en esta celebración de la Eucaristía, acción de gracias a Dios, celebramos el testimonio de vida de una Santa tan querida por todos nosotros, ella es Santa Rosa de Lima, patrona celestial de las Américas. Santa Rosa, a sus cortos 20 años vivía consagrada a Dios; ella obediente y caritativa se entregaba a los rigores de la penitencia y era así como encontraba la verdadera libertad. En la Santidad de Santa Rosa contemplamos su vida y virtudes heroicas, al ir adelantando en los caminos de la gracia y de la perfección. La gloriosísima Santa Rosa de Lima, se hizo amiga del Señor desde la infancia, a tal punto que ya desde pequeña le consagró su virginidad y empezó a cultivar las virtudes. Desde entonces, inflamada por el ejemplo de intercesión de la Virgen María y de Santa Catalina de Siena, ofreció completamente su vida a Dios, vistiendo el hábito de las Hermanas de la Tercera Orden regular de los Predicadores, entregada a la penitencia y a la oración y ardiendo de pasión amorosa por ganar para la vida eterna en Cristo a todos, pecadores e indígenas. Pero también, inflamada por el amor a toda la creación, como hija espiritual de Santo Domingo, invitaba frecuentemente a animales, flores, hierbas y a todo ser viviente a alabar al Creador. No por casualidad, pues, ella fue declarada por el Papa Clemente X, Patrona celestial de América, de Filipinas y de las Indias occidentales”.
En otro momento, Monseñor Guillermo destacó: “A Santa Rosa de Lima, nuestra Patrona Celestial encomendamos a nuestra Arquidiócesis de Piura y Tumbes, y a nuestras familias, que la bendición de Dios, por intercesión de Santa Rosa, derrame sobre ellas el espíritu de su amor, fortaleza, confort, alegrías y esperanzas aún en medio de las pruebas y dificultades. Demos gracias a Dios por la vida misma. Que habiendo encontrado el tesoro de la fe y los valores evangélicos sepamos invertir nuestras vidas y transitar siempre, como Santa Rosa nos inspira, por el camino del bien, en el abnegado servicio a la sociedad, para la edificación de la patria y el pueblo de Dios; en la paz, la seguridad, la justicia y libertad y el cuidado de la creación. Queridos hermanos de la Policía Nacional y Enfermeras del Perú, en el día de su Patrona, Santa Rosa de Lima, y en el Bicentenario de la consolidación de nuestra Independencia, los animo a celebrar recogiendo la inspiración del legado espiritual, largo e histórico, que ella nos ha dejado y con el que se formó y se forma también hoy nuestra Nación. Pidamos al Señor que nos dé la gracia de saber discernir con libertad y amor, en los acontecimientos de la vida diaria. ¡Que Dios los bendiga!”.