VEN ESPÍRITU SANTO Y REALIZA EL MILAGRO DE NUESTRA SANTIDAD
Solemne Santa Misa por Pentecostés en Paita

Explicando el símbolo del viento impetuoso con el cual el Espíritu Santo manifestó su venida en el día Pentecostés, nuestro Arzobispo dijo: “Para los antiguos el viento era símbolo de una fuerza misteriosa capaz de realizar portentos imposibles para el hombre, por ello al venir en forma de viento recio, el Espíritu Santo, que es la tercera Persona de la Santísima Trinidad, nos está diciendo que si somos dóciles a su acción en nuestras vidas, Él podrá realizar la obra de nuestra santidad y hará que demos frutos abundantes de verdad, bondad, amor, solidaridad y justicia”.
En otro momento Monseñor Eguren manifestó: “Hoy aquí, a los pies de nuestra querida Mechita, podemos afirmar que Ella es el fruto más perfecto y acabado de la acción del Espíritu Santo en criatura humana alguna. Si María, que es para nosotros los paiteños y piuranos Nuestra Señora de las Mercedes, es la toda bella, la Inmaculada, la Purísima, la Madre Dios, la llena de gracia y la Reina de los santos, es gracias a la acción del Espíritu Santo, que encontró en Ella la más absoluta docilidad, acogida y cooperación. María como Madre de la Iglesia está presente en el Cenáculo y es gracias a su acción maternal que atrae la presencia viva del Espíritu Santo sobre los apóstoles. Ella ya había recibido al Espíritu Santo en su Inmaculada Concepción y en la Anunciación-Encarnación; nadie mejor que Ella, entonces, para abrir las mentes y los corazones de los discípulos de Jesús de todos los tiempos, y para acoger así la acción transformadora del Espíritu Santo. Por ello la piedad filial a Santa María es el camino más seguro para vivir según el Espíritu”.
Luego nuestro Pastor refiriéndose a la bendición del nuevo Retablo mayor indicó: “El bello Retablo mayor que hoy bendecimos y que atrae nuestra mirada y asombro simboliza la gloria futura a la que estamos llamados a participar en el cielo con la Santísima Trinidad, junto con María y todos los santos. Asimismo su función es resaltar la mesa del Altar sobre el cual se celebra la Eucaristía, que es verdadero memorial del sacrificio de la Cruz y verdadero banquete de vida eterna. Por ello, que cada vez que vengamos aquí a la iglesia se despierte en nosotros el deseo de la felicidad eterna y el amor a la Eucaristía que es prenda de la gloria futura”.
Al finalizar su homilía Monseñor Eguren invitó a los fieles presentes a rezarle intensamente a la Mechita por la pronta restauración de su Santuario, y los exhortó a que actúen decididamente en el mundo como discípulos auténticos del Señor e hijos de la Iglesia, ya que también hoy Jesús sopla sobre nosotros su Espíritu y nos dice: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo” (Jn 20, 21).