Locales

“TODO CRISTIANO DEBE SER APÓSTOL DE LA MISERICORDIA”

En la celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia Monseñor Eguren reza por la paz en el Perú

 15 de abril (Oficina de prensa).- Gran cantidad de fieles se congregaron en la tarde de ayer en la Parroquia Santísima Trinidad de Sullana, para celebrar la fiesta de la Divina Misericordia que coincide con el II Domingo de Pascua. La Santa Misa fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, quien exhortó a los presentes a responder al infinito Amor de Dios siendo “apóstoles de la Divina Misericordia”.

Asimismo nuestro Arzobispo elevó sus oraciones para que la devoción a la Divina Misericordia sea fuente de paz para nuestras familias, nuestra sociedad y especialmente para el Perú, en momentos en los que se ha visto conmovido por “noticias de muerte y secuestro”.

“Así como Dios ha tenido misericordia de nosotros, también nosotros debemos tener misericordia de Dios y de los demás, es decir, debemos responder a ese amor como signo de gratitud, como símbolo de sensibilidad a Aquel que nos amó hasta el extremo. Seamos misericordiosos con nuestros hermanos, todo cristiano tiene que ser apóstol de la misericordia (…) es una pena que en este tiempo seamos testigos de noticias de muerte y secuestro. Al demonio le da cólera la victoria de Cristo sobre el pecado, la victoria de Cristo sobre la muerte, y se expresa de esta manera tratando de opacar la fiesta de Pascua”, aseguró nuestro Pastor.

 Posteriormente Monseñor Eguren señaló: “La Misericordia Divina es el límite que Cristo Resucitado ha impuesto al mal, cuyo causante y víctima resulta ser la persona humana. La Fiesta de hoy nos testimonia claramente que el mal nunca consigue la victoria definitiva. El misterio pascual que celebramos en este tiempo confirma que finalmente vence el bien; que la vida prevalece sobre la muerte y el amor triunfa sobre el odio”.

Nuestro Arzobispo explicó que esta Fiesta nos recuerda que "frente al pecado del hombre se alza la Misericordia infinita de Dios, que en Cristo tiene su rostro y su nombre concretos. Misericordia que es capaz de reconciliarlo todo, sanarlo todo, y renovarlo todo, para quien la acoge con humildad de corazón. Por ello qué bien nos vienen las palabras del Señor Jesús en el Evangelio de hoy: «Paz a vosotros»”. Como si el Señor nos dijera: no importa lo lejos que te hayas ido o lo hondo en lo que hayas caído, en mi amor misericordioso está tu perdón y tu esperanza”.

 Seguidamente alentó a los fieles a acercarse con confianza a los confesionarios y buscar el perdón de los pecados, pues “el gran sacramento de la Misericordia de Dios es el sacramento de la reconciliación”.

Al finalizar su Homilía Monseñor Eguren pidió también a los fieles orar por la santificación de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones dado que en “Piura y Tumbes se necesitan más sacerdotes. El sacerdote es el canal de la misericordia, por ello recen por la santificación y fidelidad de los sacerdotes, por los seminaristas y por su perseverancia, para que hayan más en cantidad y calidad”.

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