«NUESTRAS OBRAS DE AMOR SERAN GARANTIA PARA ALCANZAR EL CIELO»
Parroquia Cristo Rey de Piura celebró su 44° Aniversario
20 de noviembre (Oficina de prensa).- En las vísperas de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, la parroquia Cristo Rey de Piura celebró ayer en la tarde su 44° Aniversario con una Santa Misa presidida por Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y concelebrada por el R.P. Carlos Vargas, Párroco del lugar y el R.P. Jesús Valero, Vicario Parroquial.
Refiriéndose al Evangelio de este Domingo, en el que el Señor anuncia un juicio final para juzgar a su rebaño según la caridad vivida o negada para con el prójimo que sufre, con los que son despreciados y olvidados, Monseñor Eguren alertó a los fieles indicándoles que “en el atardecer de nuestra vida lo que nos abrirá las puertas del cielo será cuánto amor supe acoger en mi vida y cuánto de ese amor di a los demás en nombre del Señor. Nuestras obras de amor serán la garantía para alcanzar el cielo”.
Nuestro Arzobispo señaló que la Fiesta de Jesucristo, Rey del Universo “nos debe llevar a pensar cuál es el sentido que le estamos dando a nuestra vida. Si el Señor llegara hoy en busca de su rebaño ¿cuál sería el juicio sobre mi persona? ¿Merecería el cielo? ¡Abramos los ojos, estamos a tiempo para convertirnos! Que esta Fiesta sea ocasión para una reflexión sobre nuestra vida: así como la estoy viviendo ¿recibirá de Cristo una alabanza o una condena?”
"En el Evangelio de hoy – continuó nuestro Pastor – Jesús nos da una clave para merecer el cielo, para ser reconocidos como uno de los suyos, para ser contado como una de sus ovejas: esa clave es el Amor. Cristo es Rey de amor y nos pide a nosotros que seamos presencia viva de su amor en la vida de la Iglesia, en el mundo entero. Es el Rey de amor que se identifica con quienes están más asociados al misterio de la Cruz: el sediento, el hambriento, el desnudo, el encarcelado, el abandonado, el marginado”.
“Dios ciertamente es amor, nos ha creado por amor y para el amor. Por el inmenso amor que le tiene a su criatura humana, no quiere que nadie se pierda, y tanto lo quiere que Él mismo se ha hecho uno como nosotros, Él mismo asumió nuestra naturaleza humana para cargar sobre sí nuestro pecado y para reconciliarnos en el madero de la Cruz. Quien le abre las puertas a Cristo, quien procura amar como Él y amarlo a Él en los hermanos concretos, sirviéndolos con generosidad, Dios lo recibirá en la eterna comunión de amor con Él y con todos los santos”, concluyó Monseñor Eguren.
Durante la Santa Misa más de 50 jóvenes recibieron el don del Espíritu Santo a través del sacramento de la Confirmación de manos de Monseñor Eguren. Nuestro Arzobispo los exhortó a vivir el auténtico Amor al que nos invita Jesús: “Recibes el Espíritu Santo que es el Espíritu de Amor. Ese amor se derrama en tu vida generosamente para que lo puedas dar de igual manera. Cuando amas con el amor de Cristo la vida cobra su sentido, cobra su belleza, la vida se llena de luz”.
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