“PONGAMOS AL SEÑOR POR DELANTE”
Misa con el Señor de los Milagros
28 de octubre (Oficina de Prensa).- Con fe, recogimiento y fervor cientos de fieles llegaron muy temprano al Atrio de la Basílica Catedral de Piura, para participar en la Santa Misa celebrada en honor al Señor de los Milagros, la cual fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura.
En su homilía Monseñor Eguren recordó a los fieles que este Año de la Fe nos pide, ser testimonio coherente de nuestra fe y nuestra vida cristiana, señaló que : “en este Año de la Fe, somos llamados a poner al Señor por delante de nuestras vidas, es decir, que por lo que digamos y hagamos quede claro que Jesús es nuestro Señor, que Jesús es tú Señor. El gran desafío del Año de la Fe, es confesar la fe con plenitud, autenticidad y coherencia, pero no sólo a nivel privado sino sobre todo en la vida pública, no importando si es grande o pequeña nuestra responsabilidad. Hermanos: testimoniemos nuestra fe sin complejos y cobardías y que ella guíe nuestro actuar en el hogar, en la escuela, en la oficina, en el trabajo, en la función política o pública. Presentemos al mundo, que tiende a alejarse de Dios, la exigencia del Evangelio en toda su belleza y en toda su pureza. Que los demás sean capaces de ver en ti a Cristo vivo, presente y actuante en tu vida. Esto es lo que hoy te pide el Señor de los Milagros”.
Nuestro Arzobispo resaltó la necesidad de la santidad en nuestra sociedad, santidad que todos podemos alcanzar demostrando que somos de Dios desde lo que decimos hasta lo que hacemos: “Viendo la imagen del Señor de los Milagros, que en la Cruz nos amó hasta el extremo, comprendemos bien que el mayor peligro del cristianismo de hoy es la tibieza, la mediocridad. Nada desacredita más al cristianismo que ello. Los cristianos tibios no conmueven al mundo. Si públicamente con nuestra presencia en la Santa Misa y después en la procesión, confesamos que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre, que surja en cada uno de nosotros un gran anhelo de santidad. La santidad es la vocación de todo bautizado, de todo hijo de la Iglesia. Los santos son los verdaderos protagonistas de la nueva evangelización. Sólo ellos muestran la belleza del Evangelio y de Cristo a las personas indiferentes o incluso hostiles a la fe. Sólo ellos despiertan el gusto por la Palabra de Dios y la Eucaristía. Sólo ellos despiertan con alegría la fe, la esperanza y la caridad en nuestras vidas”.
Monseñor Eguren exhortó a los fieles a acercarse más al Señor Jesús pues con Él nuestro yugo es llevadero y nuestra carga es más ligera: “La imagen del Señor de los Milagros nos conmueve y emociona. Ella no sólo explica la razón de nuestros males y dolores: el pecado. Cristo en la Cruz vence al pecado y nos conquista la salvación. Si los hijos de Israel en el desierto, al mirar el estandarte quedaban curados cuando eran mordidos por las serpientes venenosas, nosotros si miramos al Crucificado con fe y amor, quedamos curados de la mordedura fatal del pecado que nos aplicó la antigua serpiente, que se llama diablo y satanás. Las heridas del Señor de los Milagros nos han curado. Pero más aún, el Señor en la Cruz le ha dado a nuestros
sufrimientos un sentido positivo. Por algo la “cruz” tiene forma de signo de suma y no de resta. Si unimos nuestros sufrimientos a los suyos, éstos se convierten en camino de purificación y de gracia, en medio de santidad y de vida, para nosotros y para el mundo…Tan grande es su amor que en su Sagrado Corazón, traspasado por la lanza, todos podemos caber. Por ello hoy escucha su voz que te dice: Ven a Mí, si estás cansado o agobiado, que en Mí encontrarás consuelo y descanso. Déjate hoy encontrar por Él que te busca y por eso sale a tu encuentro”.
Terminada la Santa Misa, la Hermandad del Señor de los Milagros de Piura preparó sus Cuadrillas y el Anda que lleva la imagen del Cristo Moreno para uno de sus últimos recorridos por las principales calles de Piura.
La última actividad con la venerada imagen del Señor de los Milagros en Piura se realizará el 1 de noviembre a las 8 de la mañana con una salida procesional desde el interior de la Basílica Catedral para ser trasladada a la Capilla Arzobispal de nuestra ciudad donde se quedará hasta las procesiones de octubre del próximo año.