PARROQUIA SAN MARTIN DE PORRES DE PIURA CELEBRÓ SUS 50 AÑOS CON SANTA MISA
06 de octubre (Oficina de prensa).- Los fieles de Talarita, en Piura, celebraron muy alegres y agradecidos el 50° aniversario de la parroquia San Martín de Porres con una Santa Misa presidida por Monseñor José Antonio Eguren S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y concelebrada por el R. P. Francisco Alburquerque, párroco del lugar.
“Esta fiesta debe renovar sus corazones en el ardor evangélico, en el anuncio de la Buena Nueva. Recordemos que nuestra Arquidiócesis se encuentra en estado de misión permanente porque hay muchos que todavía no han escuchado hablar de Cristo, muchos que lo han olvidado y otros que lo tienen lejos de sus vidas. Hoy Cristo los envía para que lo anuncien y los atraigan nuevamente a la comunión con Él, que es el Camino, la Verdad y la Vida”, alentó nuestro Pastor en su homilía.
Monseñor Eguren pidió a los fieles trabajar arduamente por la anhelada civilización del amor: “Bajo el patrocinio de San Martín de Porres esforcémonos por dar un auténtico testimonio de unidad, de fraternidad, de reconciliación, en la verdad y en la caridad de Cristo. Todos unidos en Cristo y en su Iglesia debe ser el norte que nos anime a trabajar cada día”.
Asimismo, nuestro Arzobispo dio gracias a Dios por todos los laicos y sacerdotes que durante estos años colaboraron como instrumentos humanos con la iniciativa divina de levantar en este lugar una parroquia bajo la advocación y protección de San Martin de Porres, recordando además que ha sido uno de los frutos del VI Congreso Eucarístico Nacional realizado en Piura en 1960, conmemorado en agosto del 2010 en el Congreso Eucarístico y Mariano.
CON NUESTRAS LÁMPARAS ENCENDIDAS
Según el Evangelio de este domingo sobre la parábola de las cinco vírgenes necias y de las cinco vírgenes sabias, nuestro Arzobispo alentó a los fieles a tener siempre nuestras lámparas preparadas, a tener la lámpara de nuestra vida llenas del aceite de la fe, la esperanza y la caridad, ardiente de amor a Dios y a los hermanos.
“Seamos parte de la humanidad que espera la venida de Cristo manteniendo firme nuestra fe en Él. Trabajemos en las cosas que Dios nos ha dejado como tarea, en fidelidad a Él y esforzándonos por vivir conforme a sus mandamientos, conforme a su voluntad. Esforcémonos por corresponder al amor de Cristo amándolo a Él con todo el corazón, cumpliendo su voluntad, cooperando activamente con su gracia para que cuando Él llegue nos encuentre convertidos y nos permita entrar al banquete de bodas que es el cielo”.
“Al final de la parábola – explicó Monseñor Eguren – las vírgenes necias no pudieron entrar al banquete de bodas y ante la súplica para que les abran y dejen entrar, reciben el rechazo definitivo del esposo expresado con aquellas durísimas palabras ‘Les aseguro que no las conozco’, y que preceden a las palabras conclusivas de la parábola en la cual Jesús advierte ‘estén preparados, porque no saben ni el día ni la hora’. Estas palabras nos hablan de la certeza de la venida de Cristo, pero también nos deben alentar a una vigilancia incesante, ininterrumpida, constante a estar preparados en todo momento, a toda hora. Vivamos con sensatez, con la lámpara de la fe encendida y nutrida de aceite del amor. No dejemos pasar un día para convertirnos más al Amor. Pues Dios nos ha prometido su amor y misericordia, pero no nos ha prometido el mañana”.