MÁS DE 60 MIL FIRMAS DE PIURANOS Y TUMBESINOS A FAVOR DE LA VIDA

18 de julio (Oficina de Prensa).- Con inmensa alegría el Arzobispo de Piura y Tumbes, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V. informó que como fruto de las actividades realizadas con ocasión del Día del Niño por Nacer (25 de marzo) y al trabajo de coordinación de Diaconía para la Justicia y la Paz, se ha logrado recolectar más de 60 mil firmas de piuranos y tumbesinos a favor de la vida y de la familia demostrando así que Piura y Tumbes rechazan el aborto, las despenalización de las relaciones sexuales de adolescentes con mayores de edad y reafirman el valor de la familia fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer.

Monseñor Eguren manifestó que presentará estos planillones de firmas al Congreso de la República en el próximo mes de agosto, con la finalidad de que nuestros legisladores tengan presente que el Norte peruano defiende la vida y la familia. Nuestro Arzobispo manifestó: “Sólo siguiendo este camino encontraremos justicia, desarrollo, libertad y paz. Exhorto a los protagonistas de la política, de la economía y de la comunicación social a hacer todo cuanto esté a su alcance para promover una cultura siempre respetuosa de la vida humana desde la concepción hasta su fin natural. La familia, fundada en el matrimonio entre un varón y una mujer, es absolutamente necesaria para el bien de la sociedad, porque es en su seno donde brota la vida con el don de los hijos”.

A continuación publicamos el Manifiesto de la recolección de firmas:

ARQUIDIÓCESIS METROPOLITANO DE PIURA

DIACONÍA PARA LA JUSTICIA Y LA PAZ

MANIFIESTO POR LA VIDA Y LA FAMILIA

MANIFIESTO

Los abajo firmantes con ocasión de la celebración del Día del Niño por Nacer, reafirmamos nuestro compromiso de defender el derecho a la vida desde su concepción hasta su fin natural, de promover el derecho que tiene todo niño concebido a nacer y de proteger el matrimonio fundado en la unión de un hombre y una mujer. Rechazamos todo intento de modificación a la normativa orientado a destruir la vida y la familia, en ese sentido, manifestamos que:

1.- El actual Proyecto de plan Nacional de Derechos Humanos contiene metas y disposiciones que se oponen a la protección del niño por nacer, pues contempla la distribución gratuita de la “Píldora del Día Siguiente” o “AOE” – desconociendo con ello la sentencia del Tribunal Constitucional que prohibió legítimamente su distribución por poner en riesgo la vida del concebido- y bajo el reconocimiento de un supuesto derecho a la “orientación sexual” pretende modificar el concepto de familia recogido en nuestro ordenamiento.

2.- Rechazamos la implementación de un mal llamado “protocolo de aborto terapéutico”, pues el acceso al aborto terapéutico NO es un derecho, es una conducta NO promovida por el estado que, si bien carece de sanción penal, en modo alguno implica el otorgamiento del derecho a matar a un inocente.

3.- Rechazamos la despenalización de las relaciones sexuales adolescentes con mayores de edad, porque ello contradice el deber del estado de velar por el interés superior del niño, dificulta una sanción efectiva del proxenetismo, la trata de menores de edad, las violaciones sexuales a menores y restringe el derecho a la patria potestad que tiene todo padre respecto a sus hijos.

4.- Promovemos la protección de toda persona por su condición de ser humano y no por las conductas sexuales que tengan. Por ello, rechazamos el “matrimonio” o las “adopciones” por parte de parejas homosexuales, la tipificación de los crímenes de odio y en general todo concepto que distorsiona el concepto de familia y de matrimonio, previsto en el Articulo 4° de la Constitución Política del Estado.

Creemos, que las familias fuertes son la verdadera fuerza de cualquier nación. Por ello, exhortamos al Gobierno y a los Poderes del Estado a que sus decisiones reconozcan y respeten la sacralidad de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, así como de la familia como institución natural y del matrimonio fundado en la unión de un hombre y una mujer.

San Miguel de Piura, marzo de 2013