Locales

“MARÍA NOS VISITA Y NOS TRAE EL EVANGELIO VIVO QUE ES JESUCRISTO”

Fiesta de Nuestra Señora de Fátima

 15 de mayo (Oficina de Prensa).- El 13 de mayo por la tarde, día en que recordamos la primera aparición de Nuestra Señora de Fátima en el año 1917, en las colinas de Cova de Iría (Portugal) a los tres pequeños pastorcitos Lucía, Francisco y Jacinta, nuestro Arzobispo Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., presidió la Santa Misa al celebrarse un aniversario más de la parroquia Nuestra Señora de Fátima de Piura, ante la presencia de una gran cantidad de fieles que demostraron una vez más la profunda devoción mariana de los piuranos.

Durante su homilía Monseñor Eguren, reflexionando sobre el Evangelio (Lc 1,39-56) dijo: “Así como en el pasaje de la Visitación, la Virgen María a través de sus diferentes apariciones, entre ellas la de Fátima, nos sigue visitando y nos trae a su Hijo Jesucristo, el Evangelio vivo. Santa María, en cuanto se entera de que su prima Isabel está esperando milagrosamente un hijo, se encamina presurosa a acompañarla y ayudarla en los quehaceres del hogar. Y al llegar María a casa de su prima y saludarla, «en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno e Isabel quedó llena de Espíritu Santo». Hermanos, esta escena nos enseña hermosamente la sacralidad de la vida desde su concepción, y nos deja en Santa María un ejemplo de servicio, de caridad y de evangelización. Tengamos siempre presente – agregó nuestro Pastor – que así como María lleva a Jesús ante su prima Isabel, Ella también nos visita todos los días y nos trae a Jesucristo, nos lleva al encuentro con Él, y nos enseña que en Jesús está nuestra felicidad, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida, Él es nuestro Salvador”.

 Luego nuestro Arzobispo recordó a los presentes que también se cumplían 33 años del atentado que sufriera el Papa Juan Pablo II, hoy santo, quien luego de haberse recuperado afirmó que una mano amorosa y misteriosa, la de la Virgen, desvió aquella bala que estaba destinada a matarlo. Tiempo después San Juan Pablo II fue a Portugal a agradecerle personalmente a la Virgen de Fátima por salvarle la vida.

Al finalizar Monseñor Eguren invitó a todos los presentes a hacer caso de lo que nos pide la Virgen de Fátima: “El mensaje claro en todas las apariciones de la Virgen es primero que hagamos oración, rezando el santo Rosario para alejarnos del pecado que nos hace tanto daño, rezando por la paz en el mundo; y luego que hagamos penitencia para convertirnos más a Dios. Confiemos en su Inmaculado Corazón, consagrando nuestra vida y nuestros hogares a ese Corazón que está lleno de amor por su Hijo Jesucristo, así la Virgen será para nosotros la fortaleza y el consuelo, el refugio, la alegría y la esperanza, y sobre todo la guía que necesitamos cada día”. 

 

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