LA FE DE USTEDES ES LA RESPUESTA DEL SEÑOR A NUESTRA ORACIÓN: «AUMÉNTANOS LA FE”
02 de octubre (Oficina de prensa).- La Catedral de Piura fue escenario de una multitudinaria celebración eucarística en la que participaron miles de peregrinos – en su gran mayoría adolescentes, jóvenes y familias – que se reunieron hoy para iniciar su caminata desde Piura hacia Ayabaca y participar en la fiesta del Señor Cautivo.
La Santa Misa fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren, S. C. V., Arzobispo Metropolitano de Piura y concelebrada por Monseñor Luciano Maza, Vicario General de la Arquidiócesis.
Haciendo referencia al Evangelio de este Domingo donde los Apóstoles se dirigen al Señor para pedirle que aumente su fe, Monseñor Eguren sostuvo que esta peregrinación es “una muestra de la fe que le tenemos al Señor. Porque tenemos fe peregrinamos y salimos al encuentro del Cautivo y le rendimos a Él un homenaje de Amor. ¡Señor, auméntanos la fe! Ese debe ser el pedido fundamental en estos días de peregrinación. La fe de ustedes es la respuesta del Señor a nuestra oración: auméntanos la fe”.
"Si bien nos reconocemos creyentes – continuó nuestro Pastor – podemos ser mejores creyentes de Dios, mejores devotos del Cautivo, tal vez podemos ser más generosos para que nuestro corazón le pertenezca aún más a Cristo. Sí, somos creyentes, pero podemos serlo más todavía. Pidámosle al Señor Cautivo: ¡ayúdame a creer más en ti, a que te crea más a Ti, que mi fe crezca cada día más, que mi corazón sea uno con el tuyo!”
Seguidamente, nuestro Pastor recordó que la fe en Dios es ante todo “un don divino, una gracia sobrenatural que antecede y sostiene todo esfuerzo humano por acrecentar y hacer fecunda esa fe. Por lo tanto, esta peregrinación también debe ser ocasión para agradecerle a Dios por este don.”
“También será ocasión para agradecerle a Dios que seamos un pueblo creyente, cristiano, católico. Todavía están presentes los ecos del Congreso Eucarístico y Mariano de Piura, en donde fuimos testigos de la fe de esas multitudes que estaban hambrientas de encontrarse con el Señor. Fuimos testigos de cómo miles adentro del Estadio y aquellos miles que no pudieron ingresar querían participar de esta gran fiesta religiosa por fe”, agregó Monseñor Eguren.
Nuestro Arzobispo explicó a los atentos peregrinos que la fe crece, madura y se consolida cuando pasa a la acción, cuando se manifiesta en nuestra conducta, en nuestras opciones cotidianas. “El problema está cuando no hacemos descender las consecuencias de nuestra fe, es decir, cuando no nos esforzamos por vivir esta fe cada día en todas las circunstancias concretas de la vida. Al regresar de Ayabaca a nuestras actividades cotidianas debemos vivir como auténticos cristianos, vivir con coherencia nuestra condición de hijos de Dios, de hijos de la Iglesia. La peregrinación no acaba en Ayabaca, continúa en nuestra vida al comportarme como auténtico devoto del Cautivo, que se esfuerza por vivir los mandamientos, por vivir siempre en la Verdad, por vivir el amor, la justicia y la honestidad”.
Finalmente Monseñor Eguren destacó que “Dios expresa su amor en detalles tan hermosos como el que la fiesta que precede a la del Señor Cautivo es la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes. Ambas devociones están íntimamente ligadas, pues nuestra Madre María nos lleva más plenamente al Señor Jesús. Por eso les pido que cada año en la medida de sus posibilidades los devotos del Señor Cautivo de Ayabaca participen también en la fiesta a nuestra ‘Mamita Meche’”.
Al terminar la celebración eucarística Monseñor Eguren bendijo a todos peregrinos y asperjó con agua bendita. Los peregrinos a su paso levantaban estandartes, medallas, rosarios, estampas y objetos religiosos alusivos al Señor Cautivo de Ayabaca.