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HERMANITAS DE LOS ANCIANOS DESAMPARADOS CELEBRARON FESTIVIDAD DE SU FUNDADORA

 26 de agosto (Oficina de prensa).- En la Capilla del Asilo de Ancianos de Piura, la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebró hoy la festividad de su fundadora Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, con una Santa Misa presidida por Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y en la que participaron las hermanas miembros de la congregación, los ancianos del asilo, benefactores y gran cantidad de fieles.

Nuestro Arzobispo destacó la importante y loable labor que realizan en Piura las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, manifestándoles su profundo agradecimiento por la entrega generosa y servicial con cerca de cien ancianos que integran el Asilo, muchos de ellos abandonados por sus familia o padeciendo complicadas enfermedades.

 “Vivimos en un mundo materialista en donde la vida se trastoca por el utilitarismo. Esta ideología nos dice que la persona vale por lo que produce y no por lo que es. Si el anciano no produce, entonces hay que sacarlo de nuestras vidas. Por eso, hermanitas, el apostolado que ustedes hacen es de tanto valor porque justamente nos recuerda lo que la persona vale, pues es imagen y semejanza de Dios: ¡tal es su dignidad! El apostolado que ustedes hacen también nos recuerda otro mal que existe en el mundo: la indiferencia. Y ustedes en el Asilo llenan la vida de tantos ancianos con el espíritu de familia, entregándoles amor, alegría y compañía. Hermosa misión, entonces, la de recordarnos la dignidad humana y ayudarnos a vencer las murallas de la indiferencia con el amor que ustedes prodigan a sus hermanos ancianos”, señaló.

Monseñor Eguren destacó la capacidad que tenía Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars de amar y servir a Jesús en los ancianos. “En el fondo Santa Teresa se esforzaba cada día por vivir la caridad que es reconocer en el hermano la imagen viva de Cristo, especialmente en los rasgos de su Pasión y Cruz, para prodigarles amor”, agregó.

 Nuestro Arzobispo también resaltó la alegría con la cual la fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados servía a los ancianos “la cual brotaba de su unión con el Señor, especialmente en la Eucaristía. Él era su fuente de gozo, pues se encontraba con Él en cada uno de los ancianos que atendía”.

A propósito del gran acontecimiento eclesial que vivió Piura hace unas semanas con el Congreso Eucarístico y Mariano, Monseñor Eguren también recordó que los santos “encuentran en la Eucaristía y en el amor filial a Santa María la fuerza para hacer de nuestra vida cristiana una liturgia agradable a Dios.”

 Al finalizar la homilía, Monseñor Eguren hizo entrega de las Constituciones de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados a cada una de  las integrantes de la comunidad en Piura,  renovando así su fidelidad y amor a Jesús y a las normas que rigen su vida religiosa.

Concluida la Santa Misa, las "Hermanitas" invitaron a los asistentes a un compartir con los ancianos del Asilo.

Cabe recordar que Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars nació el 9 de enero de 1843, en Lérida, Cataluña. Deseaba ingresar en la vida religiosa y solicitó su admisión con las clarisas de Briviesca, cerca de Burgos, pero no pudo profesar a causa de la legislación en vigor. Se dedicó entonces a la enseñanza  y se hizo terciaria carmelita. En 1872, fundó la primera casa en Barbastro, destinada a recoger ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. El 27 de enero de 1873, tomó el hábito y fue nombrada superiora. Para poder recibir a más ancianos, compró el antiguo convento de los agustinos. Esta casa se convirtió más tarde, en la casa madre de la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados. Fue aprobada por la Santa Sede en 1887, y hasta ese año contaba ya con 58 filiales. Santa Teresa aprendió con las terciarias carmelitas la devoción a la Santísima Virgen y con las clarisas el amor a los pobres; en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de identificar constantemente sus sentimientos a la voluntad divina. Murió el 26 de agosto de 1897. Fundó 103 Asilos de Ancianos Desamparados y fue canonizada por el Papa Pablo VI, el 27 de enero de 1973.

 

 

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