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GRANDIOSA SANTA MISA Y PROCESIÓN DEL CORPUS CHRISTI

 26 de junio (Oficina de Prensa).- Un mar humano dio testimonio de fe y amor a Jesús Sacramentado hoy en la Solemnidad del Corpus Christi al celebrarse una Santa Misa presidida por Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, para luego continuar con la Procesión que recorrió las principales calles de nuestra ciudad. También estuvieron presentes todos los sacerdotes de Piura y Castilla y autoridades civiles y militares de nuestra ciudad..

Miles de personas repletaron desde temprano el Coliseo Salesiano Don Bosco, desplegando su alegría y entusiasmo con cantos, oraciones, pañuelos, pancartas y vivas al Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, en una verdadera muestra de fervor y piedad popular.

 En la homilía de la Misa Monseñor Eguren destacó que “la Eucaristía nos hace capaces de amar como Jesús” y que para quien se precia de ser su discípulo, es decir, cristiano y católico, “la Misa del Domingo con su comunión eucarística es un deber irrenunciable. Sin Ella no hay posibilidad de ser santos y de construir nuestra unidad en la verdad y en el amor”, afirmó.

Nuestro Arzobispo manifestó su preocupación y dolor por los desordenes sociales en varios lugares del país, con saldos de muertos y heridos. Asimismo, hizo evidente el contraste de estos hechos con las manifestaciones de fe y amor a la Eucaristía que se han producido en diversas ciudades del país. Por ello pidió que la misa dominical "no quede  relegada a un momento particular y privado, a un solo día y a una sola hora de la semana, sino que impregne toda mi vida, mis pensamientos y afectos, palabras y obras; todo mi quehacer cotidiano en el hogar, en el trabajo, en el centro de estudios y en el cumplimiento de mis deberes de estado de vida".

Nuestro Arzobispo explicó a los fieles que darle a nuestra vida cristiana una forma eucarística significa también hacer de ella "una ofrenda agradable a Dios y a los hermanos, para que así la victoria pascual del Señor Jesús, que la Eucaristía celebra y alimenta, se manifieste claramente a través de nuestras vidas en la sociedad y el mundo de hoy”.

 Monseñor Eguren elevó hermosas plegarias a Jesús Sacramentado para que derrame su bendición sobre nuestra Región y Ciudad, sobre sus autoridades y ciudadanos; sobre nuestros campos; nuestras familias, célula primera y fundamento auténtico y seguro de la sociedad; sobre nuestro Niños por Nacer para que vean siempre garantizado su derecho a la vida desde la concepción; sobre nuestros niños, adolescentes y jóvenes, abuelos y padres; sobre nuestros hermanos pobres, encarcelados, enfermos y moribundos; para que conceda a los hijos del Perú serenidad, un solo corazón y un solo espíritu en el que se viva la reconciliación, el perdón y la paz; para que bendiga al Santo Padre Benedicto XVI, quien cumplirá el próximo 29 de junio sesenta años de ordenación sacerdotal.

Terminada la celebración eucarística se dio inicio a la Procesión donde los fieles acompañaron al Santísimo Sacramento con verdadero recogimiento, que se manifestó en el orden que mantuvieron durante todo el tramo que se inició en el Coliseo Don Bosco, para continuar por la Av. Cayetano Heredia, Av. Ramón Castilla, Calle Tacna, cruzando el Puente Bolognesi, y continuando por Calle Lima, Moquehua y Libertad, para culminar en la Plaza de Armas, cuyo alrededor estuvo adornado con hermosas y lucientes alfombras artísticas.

 Fue Monseñor Eguren quien trasladó la custodia con el Santísimo Sacramento hacia un vehículo especialmente acondicionado y adornado para la ocasión, de manera de llevarla en altura y visible para que todas las personas a su paso puedan verlo y adorarlo. Durante el recorrido los fieles al acompañar la procesión no cesaban de manifestar su fe y amor a Jesús realmente presente en la Hostia Santa, rezando hermosas plegarias y lanzando en el camino perfumados pétalos de flores.

La Procesión Eucarística llegó a la Basílica Catedral de Piura, lugar donde Monseñor Eguren agradeció a todos los fieles su participación en esta verdadera fiesta de la fe. Asimismo, en una de las paredes laterales de la Catedral nuestro Arzobispo develó una placa conmemorativa del Congreso Eucarístico y Mariano que tuvo lugar en nuestra ciudad en agosto del año 2010.

LEA TODA LA HOMILÍA  DE MONSEÑOR JOSÉ ANTONIO EGUREN AQUÍ.

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