Entrevista a nuestro Pastor sobre la familia
VI Encuentro Mundial de las Familias
14 de enero (Oficina de Prensa).- Durante la Audiencia General de hoy miércoles, el Santo Padre Benedicto XVI invitó a todos los fieles a unirse a su oración "para implorar muchas gracias divinas sobre el VI Encuentro Mundial de las Familias que se está celebrando estos días en Ciudad de México… Que este importante evento eclesial manifieste una vez más la belleza y el valor de la familia, suscitando en todos nuevas energías en favor de esta insustituible célula fundamental de la sociedad y de la Iglesia".
A continuación les ofrecemos una entrevista a Mons. José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y Presidente de la Comisión Episcopal de Familia, Infancia y Vida realizada por el Comité Organizador del VI Encuentro Mundial de las Familias, sobre este importante tema.
1. ¿Cuáles son los males que aquejan a la familia hoy en día?
El más importante de todos los males que hoy aqueja a la familia es la “dictadura del relativismo”, como acertadamente la ha denominado S.S. Benedicto XVI. Ella tiene como consecuencia la pérdida de valores objetivos y permanentes.
Asimismo otros males que aquejan a la familia son:
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La ausencia de modelos paternos y maternos claros, sustituidos por modelos distorsionados, difundidos principalmente por los medios de comunicación social.
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La fragilidad del vínculo conyugal, por una banalización del sacramento del matrimonio.
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La pérdida del sentido de “comunidad de amor” por razones de tipo económico o laboral. Esto trae como consecuencia que la familia pierda del horizonte de su vida el carácter comunitario que la caracteriza.
2. ¿Ayudan o no las instituciones civiles al mejoramiento de la calidad de vida de la familia en materia moral, espiritual? ¿Por qué?
Lamentablemente no todas ayudan. El relativismo moral imperante pretende hoy en día establecer “por mayorías democráticas” leyes inicuas sobre el matrimonio y la familia e introducir “otros (falsos) derechos humanos”. Hay que recordar que los auténticos derechos humanos son anteriores a la ley positiva y no son negociables pues ellos se basan en la ley natural inscrita en el corazón del hombre y presente en las diferentes culturas y civilizaciones. Y la familia es primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios que está en el centro de la vida social.
Asimismo existen algunas ONGs feministas y proclives a las ideologías de género cuya misión es desestructurar a la familia de su constitución natural (padre, madre e hijos) y “normalizar” a las mal llamadas familias desestructuradas, patológicas e incompletas.
3. Desde su perspectiva, ¿qué tipo de familia es la mayormente amenazada en la actualidad? ¿Por qué?
En primer lugar hay que afirmar que sólo existe un tipo de familia: aquella constituida por un hombre y una mujer y los hijos fruto de su amor; llamada a ser cenáculo de amor y santuario de la vida. Ésta es la que hoy está amenazada en su unidad y estabilidad a través de realidades como el divorcio, las uniones entre homosexuales, el aborto y la legitimación de las llamadas “uniones de hecho”.
4. Como Pastor, ¿qué espera que sacerdotes y religiosos bajo su cuidado realicen a favor de las familias?
Un suplemento de audacia pastoral que haga de la familia una prioridad en nuestros trabajos evangelizadores. Para un Pastor de almas, la familia debe ocupar un lugar prioritario en su acción pastoral ya que constituye el núcleo y base de toda sociedad, y podemos decir, de una comunidad parroquial. La evangelización depende en gran parte de la Iglesia Doméstica. Podemos decir que ahí donde existen familias sanas, bien constituidas, instruidas en su fe católica y conscientes de su misión dentro de la Iglesia, ahí florece la vida cristiana y las vocaciones.
Por tanto, los sacerdotes y religiosos deben ser conscientes de que la familia es el camino de la Iglesia. Más aún, “el primero y más importante camino de la Iglesia” (Carta a las familias, 1994, nº 2).
5. Como Pastor, ¿qué mensaje de fe cree que las familias necesitan hoy en día?
Aquel que les dirigiera el hoy Siervo de Dios Juan Pablo II: ¡Familia, sé lo que debes ser! Sé esa comunidad donde la vida se transmita sin miedo y donde ella se acoja y se defienda desde la concepción hasta su fin natural. Sé esa comunidad donde se aprenda a amar; donde se cultiven las virtudes como la responsabilidad, la generosidad, la honradez y la fraternidad; donde la fe cristiana se transmita de padres a hijos para que éstos últimos descubran la belleza de lo que significa ser cristiano. ¡Familia: no tengas miedo a ser lo que por vocación estás llamada a ser! ¡En ti se fragua el futuro de la humanidad!
6. Desde su experiencia, ¿qué transformaciones vive la familia cuando acepta y adopta el mensaje evangélico en su vida cotidiana?
En primer lugar al acoger el mensaje evangélico en su vida, la familia recibe la luz de la fe que le permite descubrirse y verse como una institución querida por Dios dentro de su designio divino de amor, llamada a ser una íntima comunión de vida y de amor conyugal, fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer y que tiene como don más precioso a los hijos. Al mismo tiempo, la familia desde la fe, se descubre llamada a ser escuela de un auténtico humanismo cristiano donde se aprenda lo que significa ser hombre y ser mujer, no desde visiones reductivas o ideológicas, sino desde la Revelación. Finalmente, desde la fe, la familia comprende que ella, surgida del matrimonio sacramento, es camino de santidad y felicidad y que la felicidad es fruto de la fidelidad.
7. Por último, ¿qué acto devocional o piadoso sugerirían a las familias que realicen para fortalecer su vida armoniosa?
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No faltar a la Santa Misa dominical, centro de la vida cristiana, así como a las fiestas de guardar.
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Adquirir la costumbre de rezar unidos, especialmente el rezo diario del Santo Rosario.
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Leer y meditar con frecuencia la Sagrada Escritura.
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El estudio y meditación del Catecismo de la Iglesia Católica, por lo menos de su Compendio.
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Las devociones al Señor Jesús, a Santa María y a los Santos propias de cada país o región, o de la propia familia.