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CONSULADO DE ECUADOR CELEBRA ANIVERSARIO 203° DEL PRIMER GRITO DE LA INDEPENDENCIA HISPANOAMERICANA

 10 agosto (Oficina de Prensa).- Hoy se celebró con una Santa Misa presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V. el 203° Aniversario del Grito de Independencia de nuestro vecino país del Ecuador, y primer Grito de la Independencia Hispanoamericana. En la Celebración Eucarística estuvieron presentes el Sr. Patricio Rodríguez Pérez, Cónsul del Ecuador en Piura; el Sr. Marcial Cunia Chinguel, Gobernador de Piura, el Señor Coronel Policía Nacional del Perú, César Juan Francisco Celi Niño, Director de la Primera Dirección Territorial Policial; el Señor José More Lopez,Primer Regidor de Piura, entre otras autoridades civiles y militares.

Monseñor Eguren saludó a los representantes de Ecuador en nuestra región y agradeció de manera especial a todos aquellos que hicieron posible la independencia no solo del país vecino, sino de todos los países latinoamericanos “en 1809 se dio el primer Grito Libertario de la Independencia Hispanoamericana y quisiera recordar hoy a todos los Próceres que hicieron posible la independencia de nuestros países”.

 En su homilía, Nuestro Pastor reflexionó también sobre el don de la libertad, exhortando  a los fieles a vivirla de manera correcta y entender su verdadero valor ya que hoy en día la libertad del ser humano se ve maltratada: “Son dos los peligros que considero existen hoy en torno a la libertad. El primero consiste en la tentación de ejercer la libertad, prescindiendo de la dimensión ética, es decir sin consideración alguna al bien y al mal moral. El Beato Papa Juan Pablo II denominaba con acierto “libertad perversa” a aquella falsa libertad que confiere poder absoluto sobre los demás y en contra de los demás y de la cual surge la “cultura de la muerte”. Un segundo peligro es considerar de manera reductiva a la libertad solo como “libertad de”. La libertad así entendida sólo sería verse libre de algunos males que nos aquejan como son la pobreza, la ignorancia, la injusticia, la corrupción, la violencia, etc., lo cual no está mal pero es a todas luces insuficiente”.

 “Ante estas concepciones erradas de la libertad, hoy muy difundidas, nos preguntamos: ¿en que consiste la libertad verdadera? La libertad, queridos hermanos, en su genuina comprensión es “libertad para el bien en el cual solamente reside la felicidad. De este modo el bien es el objetivo de la libertad”. Por lo tanto, la libertad nos fue dada no para hacer el mal, sino para hacer el bien. Más aún la libertad es para el amor”. Subrayó nuestro Arzobispo.

Al finalizar la misa, Monseñor Eguren saludó personalmente al Cónsul de Ecuador, el Sr. Patricio Rodríguez Pérez, y a las autoridades presentes.

 

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