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CLERO DE PIURA Y TUMBES RENOVÓ SUS PROMESAS SACERDOTALES

Monseñor Eguren consagró santo crisma y óleos para catecúmenos y enfermos durante la Santa Misa Crismal

 03 de abril (Oficina de prensa).- Con una masiva participación de sacerdotes de nuestra Arquidiócesis fue celebrada hoy en la Basílica Catedral de Piura la Santa Misa Crismal, en la cual renovaron sus promesas sacerdotales y su fidelidad al Señor Jesús y a la Iglesia. La celebración eucarística fue presidida por nuestro Arzobispo, Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V.

El clero de Piura y Tumbes recibió espontáneos y fervorosos aplausos de los cientos de fieles que participaron de esta hermosa celebración, expresando su alegría y agradecimiento por el don del ministerio sacerdotal.

 Asimismo, en esta Santa Misa fueron consagrados por Monseñor Eguren el santo crisma, los óleos de los catecúmenos y de los enfermos: “con el santo crisma se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, se ungen las manos de los sacerdotes, la cabeza del Obispo en su ordenación y las iglesias y altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, éstos se fortalecen en su preparación al santo bautismo. Con el óleo de los enfermos, nuestros hermanos asociados a la cruz de la enfermedad, reciben consuelo y salud en su debilidad”, explicó nuestro Pastor.

Durante la homilía Monseñor Eguren sostuvo que la Misa Crismal “es una hermosa y privilegiada ocasión para que nosotros sacerdotes profundicemos en el don de nuestro sacerdocio ministerial”. De esta forma, afirmó que “el Espíritu del Señor nos llama a una conversión renovada en orden a ser cada día más fieles al don recibido sin mérito de nuestra parte y así ser siempre dignos ministros de Cristo”.

 Nuestro Arzobispo reflexionó sobre “las veces que me he ‘olvidado de mi Señor’, es decir, de Aquel que es la razón de ser de mi vida y de mi vocación. Queridos hermanos sacerdotes, cuando hay olvido del Señor, la tristeza y la angustia nos invaden poco a poco y se van apoderando de nuestro corazón, porque sin “memoria de Cristo” nos olvidamos de nuestra identidad, de nuestro origen y meta, de quiénes realmente somos: ‘Alter Christus’, ‘otros Cristos’. El “olvido del Señor” puede llevarnos imperceptiblemente al principio, pero irremediablemente después al abandono, a la traición”.

Posteriormente, Monseñor Eguren explicó que “para ser fieles, la amistad con el Señor Jesús es esencial. Sin temor a equivocarnos podríamos decir que el significado más profundo de ser sacerdote es llegar a ser amigo de Jesucristo”.

 “Que en esta Santa Misa Crismal volvamos a fijar nuestra mirada en Él y cojamos firmemente la mano que nos tiende en recuerdo de aquella que Él impuso sobre nosotros por medio de nuestro Obispo el día de nuestra ordenación, día en que fuimos consagrados sacerdotes suyos para siempre", agregó nuestro Arzobispo.

Al finalizar la celebración eucarística Monseñor Eguren leyó la oración por la Santificación de los Sacerdotes que rezaba a diario Santa Teresita del Niño Jesús, cuyas reliquias visitaron Piura y Tumbes el año pasado.

Puede leer el texto completo de la Homilía de Monseñor Eguren aquí.

 

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