CARMELITAS DE MARIA INMACULADA TOMAN POSESIÓN DE LA PARROQUIA SAN SILVESTRE DE LA UNIÓN – BAJO PIURA
10 de julio (Oficina de prensa).- La comunidad de La Unión, en el Bajo Piura, dio una calurosa bienvenida hoy al R.P. Tomy Mathew Moozhayil, C.M.I y al R.P. José Anthony Palackal, C.M.I, ambos provenientes de la India, quienes tomaron posesión de la Parroquia San Silvestre como Párroco y Administrador parroquial, respectivamente.
La Santa Misa fue presidida por Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, quien fue recibido con aplausos por los fieles, a la vez que impartía la bendición a todos los presentes. También estuvo acompañado por el R.P. Mathew John Palithottam, Superior de los Carmelitas de María Inmaculada, San Mateo Sub Región – Perú.
Luego de la lectura del Decreto de nombramiento del Párroco, Monseñor Eguren presentó al Padre Tomy Mathew a la comunidad y le entregó las llaves del Templo, el Bautisterio, el Confesionario, el Libro de la Palabra de Dios y los utensilios para la Eucaristía, como símbolo de su ministerio en esta parroquia. Los fieles presentes expresaron con espontáneos y extensos aplausos su alegría y gratitud por la llegada del nuevo Párroco.
En su homilía, Monseñor Eguren aseguró a la comunidad de San Silvestre, quienes masivamente acudieron a la celebración eucarística, que “no les faltará la solicitud del nuevo Párroco, pero a su vez al Padre Tomy no debe faltarle la obediencia y la colaboración de todos ustedes para que esta comunidad sea tierra buena que dé mucho fruto”, haciendo referencia al Evangelio del día sobre la parábola del sembrador.
Monseñor Eguren explicó a los atentos fieles que Jesús enseñó a sus discípulos en parábolas, palabra que significa comparación, desarrollando una narración ficticia y utilizando elementos de la vida cotidiana que ayuden a comprender los misterios del Reino de Dios.
De la parábola del sembrador Monseñor Eguren destacó la generosidad del sembrador, que no importando el terreno, siembra la semilla. Algunas de éstas caen en tierra buena, hay otras semillas que son arrebatadas por los pájaros, otras que caen en tierra poco profunda y apenas brotan se marchitan, y otras que caen entre espinos, que logran crecer, pero terminna ahogadas por éstos.
“De esta manera – señaló nuestro Arzobispo – el Señor quiere salvarnos a todos. La semilla de la que Jesús habla es la Palabra de Dios. Él anuncia la Palabra, que es salvación y vida, a todos sin excepción porque quiere nuestra salvación, que alcancemos la vida eterna. El amor de Dios no es un amor que hace diferencias, que privilegia a unos y a otros no. Jesús derrama su sangre en la Cruz por todos”.
“Entonces ¿dónde está el problema? – preguntó nuestro Pastor -. Si bien Dios nos ama a todos y a todos quiere salvar, y en su Hijo Jesucristo anuncia su Palabra, Él respeta nuestra libertad de acoger o no su mensaje”.
Y agregó: “¿Por qué la Palabra de Dios no produce en todos el mismo efecto? Porque no todos los corazones son iguales. Los que la acogen en su corazón, con humildad y sencillez, en ellos da mucho fruto. En cambio, aquellos corazones duros como piedra no se abren a la Palabra de Dios. Algunos se entusiasman con la Palabra, pero luego tienen miedo porque les exige sacrificio, renuncias, muerte personal. Otros se entusiasman y quieren hacerla vida, pero son seducidos por el mundo por el ansia de poder, del tener y del placer, o bien por el ritmo ajetreado de la vida, que no les deja tiempo para las cosas de Dios”, afirmó Monseñor Eguren.
Nuestro Arzobispo señaló que Jesús advirtió a sus discípulos de aquellos que “teniendo oídos no oyen” y “teniendo ojos no ven”, indicando que aquellos son los que a nivel de la mente acogen la Palabra de Dios, pero que no están dispuestos a transformar sus corazones para hacerla vida.
"Por eso yo los exhorto a vivir la coherencia, vivamos todos los días de nuestra vida conformes a la Palabra de Dios que decimos creer. Que nuestro corazón sea tierra buena para que la Palabra de Dios dé mucho fruto”, indicó.
Al finalizar la Eucaristía el R.P. Tomy Mathew Moozhayil y el R.P. José Anthony Palackal agradecieron a todos las muestras de cariño y bienvenida que los pobladores de La Unión les han manifestado desde su llegada.
Ambos sacerdotes provienen de la India, tierra de la beata Madre Teresa de Calcuta, y han ejercido su ministerio sacerdotal anteriormente en las ciudades de Arequipa, Camaná y Chosica. Pertenecen a la Comunidad Carmelita de María Inmaculada, que con la presencia de 14 sacerdotes del estado índico de Kerala realizan actualmente una importante labor social en el Perú. La Orden Carmelita de María Inmaculada es la primera y más grande congregación religiosa masculina de la Iglesia Católica India.