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BODAS DE ORO DE LA CASA MUSEO GRAN ALMIRANTE GRAU DE PIURA

Monseñor Eguren recibe condecoración “Casa Museo Gran Almirante Grau” en Sesión Solemne

 30 de julio (Oficina de Prensa).- La noche del miércoles 24 de julio en Sesión Solemne, la Casa Museo Gran Almirante Grau de nuestra ciudad, con ocasión de celebrar sus Bodas de Oro institucionales, distinguió a nuestro Arzobispo, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., junto a otras personalidades de Piura, con la condecoración “CASA MUSEO GRAN ALMIRANTE GRAU DE PIURA”, en gratitud a su permanente ayuda y colaboración hacia dicha institución. La Casa Museo Gran Almirante Grau que viene brindando un importante servicio a Piura y al país, pertenece a la Marina de Guerra del Perú y tiene la categoría de Patrimonio Monumental de la Nación.

La Sesión Solemne fue precedida por la celebración de la Santa Misa de Acción de Gracias presidida por nuestro Arzobispo en la Basílica Catedral de Piura, en el marco del 50° aniversario de la Casa Museo Gran Almirante Grau y al conmemorarse el 180° aniversario del nacimiento de nuestro gran héroe, el “Caballero de los Mares”. Estuvieron presentes las autoridades civiles y militares de la Región, los representantes de la Casa Museo Gran Almirante Grau, así como familiares de Don Miguel Grau Seminario, entre otros.

 Durante su homilía Monseñor Eguren destacó que “el Almirante Miguel María Grau Seminario, se presenta ante nosotros como el modelo de todo peruano y piurano. Su sólo nombre inspira respeto, admiración y un ideal sublime a seguir. De él se resaltan su caballerosidad; su cumplimiento, amor y fidelidad al deber que lo impulsa a servir con magnanimidad al Perú hasta dar su vida; su generosidad, señorío y dignidad; su modestia, sobriedad, cordialidad; su amistad sincera y perseverante; sus virtudes cívicas que lo llevan a comprometerse honestamente en la política con su tiempo y con su país; su amor tierno, entrañable y fiel a su esposa y a sus hijos, y muchas virtudes y cualidades más. Grau expresa las potencialidades que, a pesar de todo, hay en nosotros, en cada corazón peruano y marca un horizonte de esperanza que los peruanos sí podemos alcanzar una talla de grandeza espiritual y moral que nos permita construir el Perú justo y reconciliado con el cual nuestros santos y héroes soñaron y por el cual dieron sus vidas”.

 En otro momento añadió: “Pero, ¿qué hizo posible que surgiera en el Perú una personalidad tan rica y fecunda como la suya? Fue sin lugar a dudas en su vida cristiana, en el cultivo responsable de su vida espiritual, simbolizadas en su confesión y comunión sacramentales recibidas antes de embarcarse en campaña, donde encontramos la clave para comprender la rica personalidad del Almirante don Miguel Grau Seminario y su capacidad de donarse por la Patria, hasta vivir la máxima evangélica: “no hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn 15, 13). Y es que la transformación interior de la persona, en su progresiva conformación con Cristo, el hombre nuevo y perfecto, nos lleva a desplegar plenamente nuestra humanidad, y a esforzarnos por lograr el bien de todos y de cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos, como así lo vivió dándonos ejemplo con su existencia el Peruano del Milenio”.

 Finalmente nuestro Arzobispo exhortó a los presentes: “De nada nos servirá este homenaje si bajo la atenta mirada del Caballero de los Mares no renovamos nuestro compromiso con el Perú y con su querida Piura. El espíritu de Grau nos está diciendo hoy: Luchen contra sus defectos de carácter y con las taras que desgraciadamente forman parte de nuestra idiosincrasia, como son entre otras, la adulación, el pesimismo, la envidia, la división, la violencia, la corrupción, la falta de compromiso, la improvisación, la queja, el pedido fácil, el socavar las buenas iniciativas de los otros. Potencien más bien nuestra profunda fe cristiana, la gran capacidad de acogida y de ser solidarios, el hondo sentido de comunidad, la honestidad, la unidad, el servicio, el trabajo esforzado por el bien común, la justicia social, la verdad, el amor por la Patria, y la capacidad de sacrificio y renuncia por el Perú”.

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