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BENEDICTO XVI ENVÍA BENDICIÓN APOSTÓLICA A TODOS LOS PIURANOS Y TUMBESINOS

Nuestro Arzobispo visitó al Santo Padre en Roma llevándole afectuosos saludos de toda la Arquidiócesis

 25 de noviembre (Oficina de prensa).- En la ciudad de Roma, Italia, el Santo Padre Benedicto XVI recibió en audiencia a nuestro Arzobispo, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V, el pasado miércoles 23 de noviembre. En aquella ocasión Monseñor Eguren le hizo entrega al Santo Padre de una fina palia bordada a mano con la imagen de la Santísima Virgen María y el Niño Jesús en sus brazos, como signo de nuestro cariño y expresión de sentimientos de filial adhesión al Papa de la Iglesia de Piura y Tumbes.

Benedicto XVI agradeció este gesto de afecto hacia su persona y después de interesarse por la situación de los piuranos y tumbesinos envió de corazón su bendición apostólica a toda la Arquidiócesis con especial intención sobre las familias, los niños, los jóvenes, los ancianos y los enfermos.

 Asimismo animó a Monseñor Eguren a que la celebración del próximo Año de la Fe sea ocasión para que los fieles cristianos de nuestra Arquidiócesis conozcan en mayor profundidad la Fe Católica para así vivirla y testimoniarla.

La Arquidiócesis de Piura y Tumbes eleva sus oraciones por la salud, santidad e intenciones del Santo Padre Benedicto XVI, agradeciéndole así su constante preocupación por piuranos y tumbesinos y las múltiples muestras de afecto hacia estas tierras peruanas con sus saludos y bendiciones.

A continuación publicamos la oración para rezar por el Santo Padre Benedicto XVI:

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia:
renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional
a tu Vicario en la tierra, el Papa.
En él tú has querido mostrarnos
el camino seguro y cierto que debemos seguir
en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego.
Creo firmemente que por medio de él
tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado
formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.
Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas.
Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu,
defiéndelo de las calumnias y de la maldad.
Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia,
y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida,
firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención.
Amén.

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