Locales

BENDICEN ALTAR DE LA PARROQUIA SANTA ROSA DE LIMA DE TALARA

Talareños dan la bienvenida al nuevo párroco el R.P. Roland Castro

 04 de mayo (Oficina de prensa).- Una remodelada Parroquia Santa Rosa de Lima de Talara dio la bienvenida el pasado 28 de abril a cientos de fieles y a Monseñor José Antonio Eguren, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, quien presidió la Santa Misa en la cual bendijo su nuevo Altar. Además, la Parroquia cuenta con modernas instalaciones y una hermosa imagen de Santa Rosa de Lima.

En la oportunidad concelebró el R.P. Gabriel Chunga, quien fue saludado por Monseñor Eguren con cariño y agradecimiento por los años que ha servido con fidelidad y generosa entrega como párroco en esta Parroquia, atendiendo a los fieles y asumiendo diversos proyectos del lugar, y en la cual ahora estará como residente: “Quiero destacar en el Padre Gabriel su obediencia y fidelidad, siempre atento y llevando a cabo las indicaciones que su Obispo le pedía… son grandes méritos para Dios”.

 Asimismo, nuestro Arzobispo dio una afectuosa bienvenida a quien asume ahora como Vicario Foráneo de Talara y Párroco de la remodelada Parroquia, el R.P. Roland Castro. En su homilía Monseñor Eguren dijo a los fieles que “no les faltará la solicitud del nuevo Párroco, pero a su vez al Padre Roland no debe faltarle la obediencia y la colaboración de todos ustedes… que no le falte al rebaño el sacrificio del Pastor y que no le falte al Pastor el cariño de su rebaño”.

 Al finalizar su homilía en las Vísperas del Domingo del Buen Pastor, jornada en la que tradicionalmente se reza por las vocaciones, Monseñor Eguren pidió a los presentes rezar para que en Piura y Tumbes hayan más vocaciones que respondan con generosidad al llamado de Dios a la vida consagrada, y especialmente al sacerdocio: ”No es posible que una Arquidiócesis como Piura, el departamento con más católicos en el Perú, tenga pocos sacerdotes. Son 106 presbíteros para atender a 1 millón 700 mil habitantes, de los cuales el 90 % se profesa católico. Jesús ama siempre y sigue llamando, pero los jóvenes no escuchan el llamado de Dios. Debemos rezar con fervor para que sean capaces de decir ‘aquí estoy Señor’”.

 

 

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