1500 jóvenes peregrinan al Santuario de Nuestra Señora de las Mercedes de Paita
16 de septiembre (Oficina de Prensa).- Con ocasión de celebrarse el próximo 24 de septiembre la Solemnidad de Nuestra Señora de las Mercedes, Patrona de la Región del Norte, 1500 jóvenes de la Arquidiócesis de Piura y Tumbes, desde tempranas horas de la mañana, peregrinaron a Paita para rendirle homenaje a la Madre de Dios.
A las 11 de la mañana, se realizó la Santa Misa en el Santuario de la Virgen de las Mercedes, la cual presidió Mons. José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura y con él concelebraron Mons. Luciano Maza, Vicario General de la Arquidiócesis de Piura; P. Ronald Castro, Vicario de la Vicaría Foránea de Sullana; P. Luis Arrasco, Vicario de la Vicaría Foránea de Piura; P. Álvaro Otero, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de las Mercedes (La Arena) y P. José Chero, Vicario Parroquial; y los sacerdotes de Paita, P. Emilio Labán y P. Jaime Rivas.
Durante la homilía, Mons. Eguren, dirigiéndose a los jóvenes peregrinos congregados en el Santuario de Paita exhortó: “Busca lo que Jesús quiere de ti con madurez y confianza, en la oración, en la confesión frecuente, meditando diariamente el Evangelio, en la proyección de caridad y servicio a los demás… y sobre todo confiando, entregándote y esperando como María, nuestra Madre. Ahí está la clave que nos conduce a la realización y a nuestra felicidad más plena… Para eso has venido, para que ella te de confianza en esa búsqueda y para que sea ella quien te guíe.
Busca lo que Jesús quiere de ti, …y hablándoles en nombre del Santo Padre Benedicto XVI, les dijo “No tengas miedo, Él no quita nada, lo da todo”, te da el sentido pleno a tu vida, la auténtica esperanza y la paz a tu corazón”.
Antes de finalizar la celebración eucarística, el Arzobispo de Piura y Tumbes consagró a los jóvenes a la Virgen de las Mercedes, con la oración del Acto de Consagración de los jóvenes a María que el Siervo de Dios, Juan Pablo II pronunciara al celebrar la Jornada Mundial de la Juventud en el año 2003.
“Pongo a la juventud de mi Arquidiócesis, en las manos de nuestra Madre, una juventud en Cristo, la única juventud que vale la pena y que podrá construir un mundo más justo y reconciliado que todos queremos”, expresó.
Consagrarse significa entablar una relación filial con María, para quererla, honrarla y dejarse educar por ella. Nos ponemos bajo su amparo para que ella nos aleje de las insidias del enemigo y de las tentaciones del demonio. Además supone que si soy hijo de María, me comportaré como tal en la vida cotidiana.