INTERNOS DEL PENAL DE PIURA CELEBRAN FESTIVIDAD DEL SEÑOR CAUTIVO DE AYABACA Y DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS.

Diaconía para la Justicia y la Paz organiza Santa Misa y Procesión en los pabellones del Centro Penitenciario

27 de octubre de 2022 (Oficina de Prensa).- En Octubre, el Mes Morado por excelencia, nuestros hermanos encarcelados del Penal de Varones de Piura, no quisieron dejar de celebrar la Fiesta del Señor Cautivo de Ayabaca, ni la del Señor de los Milagros, por ello, y gracias a las gestiones y ayuda de la Diaconía para la Justicia y la Paz del Arzobispado de Piura, se organizó una Santa Misa, celebrada por el R.P. Javier Dediós Chunga, y posterior procesión de las Sagradas Imágenes por los diferentes pabellones donde son veneradas por los internos, al interior de este Centro Penitenciario.

En medio de un clima de profundo recogimiento y agradecimiento al Señor, nuestros hermanos encarcelados participaron de la Eucaristía en la que oraron al Señor para que pronto pueda hacerse realidad la nueva Capilla del Penal, la misma que se espera conseguir gracias a la Ayuda de la Diaconía. La procesión fue acompañada con cantos y oraciones, con los acordes de la banda de músicos del “Programa Orquestando”, integrado por los mismos internos. El recorrido culminó en la loza principal, donde nuestros hermanos pudieron recibir un refrigerio de parte de la Diaconía.

El ingeniero Otón García Jave, Secretario Ejecutivo de la Diaconía para la justicia y la Paz, nos comenta: “Nuestros hermanos encarcelados podrán estar privados de su libertad, pero ello no significa que están privados de su dignidad, ellos también son hijos de Dios y han sido salvados por la Cruz de Cristo. Tampoco están privados de su esperanza en un presente y futuro mejor para ellos y sus familias. Por este motivo en nuestra iglesia particular, y especialmente desde la Diaconía para la Justicia y la Paz, siempre estamos preocupados y cerca de ellos, acompañandolos con nuestra oración y solidaridad, trabajando para que tengan mejores condiciones de vida y sus procesos judiciales no sufran retrasos innecesarios”.

Dirigiéndose a nuestros hermanos internos, les dijo: “Recuerden siempre que Jesús te amo a ti y murió por ti. De ahí la importancia de respetar toda vida humana, la vida sólo le pertenece a Dios. No acepten jamás que alguien les diga que sus vidas no tienen valor y que no son dignos. Todos tenemos la oportunidad de pedir perdón, arrepentirnos y recomenzar. Ustedes le importan a Dios y también a todos sus hermanos que están afuera. Agradézcanle siempre al Señor por el don de sus vidas, y a pesar de estar aquí ahora, miren hacia adelante y aprovechen este tiempo para reconstruirse y reconvertirse, con el firme deseo de volver a estar y vivir en el Señor”.