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“HE VENIDO A SERVIR”

Mons. Guillermo Elías inicia su acción pastoral en nuestra Arquidiócesis

04 de mayo de 2024 (Oficina de Prensa).- La mañana de hoy, la Basílica Catedral de nuestra ciudad se vistió de fiesta, para recibir a una multitud de fieles cristianos, que en medio de un clima de profunda alegría y agradecimiento a Dios, se dieron cita para participar de la Santa Misa con la que se dio inicio a la acción pastoral en Piura y Tumbes, de Mons. Guillermo Elías Millares, quien por gracia de la Sede Apostólica ha sido designado por el Santo Padre, el Papa Francisco, como Administrador Apostólico de nuestra Arquidiócesis.

Como signo concreto de hermandad, cercanía y acompañamiento, estuvieron con Monseñor Guillermo y concelebraron esta Eucaristía, Mons. Edinson Edgardo Farfán Córdova, O.S.A., Obispo de Chiclayo, y Mons. Víctor Emiliano Villegas Suclupe, O.A.R., Obispo Prelado de Chota, así como un gran número de sacerdotes provenientes de Bajo Piura, Tumbes, Talara, Paita, Sullana, y Piura. Cabe destacar que la Diócesis de Chiclayo y la Prelatura de Chota son sufragáneas de la Arquidiócesis de Piura.

Participaron también de la Santa Misa, una gran cantidad de religiosas, consagrados y consagradas, seminaristas, miembros de las diferentes Hermandades, Cofradías, Asociaciones Fieles, las principales autoridades políticas, civiles, militares y diplomáticas de nuestra Región, así como delegaciones de las diferentes parroquias de nuestra ciudad.

Durante su homilía, Monseñor Guillermo agradeció a Dios por esta misión que se le ha encomendado y aseguró que viene a servir, para estar como uno más entre nosotros y guiarnos hacia el encuentro con el Señor Jesús Resucitado: “Queridos hermanos e hijos. La palabra de Dios centra nuestra atención en elementos sumamente importantes para la vida de esta Arquidiócesis. «No es el siervo, más que su amo», nos dice hoy el Evangelio. Jesús nos dice que Él es el camino: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Yo te doy la vida, yo me manifiesto como verdad, ven y sígueme porque Yo soy el camino. Y eso es lo que nuestra Arquidiócesis ahora vive. Cambian las voces, cambian los pastores, pero la única voz que nunca cambiará es la del Señor. El Señor espera mucho de nosotros, tenemos que responderle. Como Iglesia local, sigamos construyendo todo lo noble, y bueno que tenemos. Y aquí me tienen para poner mi granito de arena, para hacer de esta Arquidiócesis, y de este mundo, un mejor lugar para vivir”.

Continuando con su reflexión sobre el mensaje del Evangelio, Monseñor Guillermo dijo: “He aquí entonces que, para conocer a quién se presenta como camino, verdad y vida, es necesario ponerse con Él en camino. El conocimiento de Jesús es el trabajo más importante que un cristiano, un católico, pueda tener. Conociéndolo se llega a conocer al Padre y su voluntad. ¿Y ustedes me preguntarán, cómo conocer a Jesús? ¿Cómo podemos saber su voluntad? ¿Qué espera Él de nosotros? Hay elementos que nos pueden ayudar en esto. La primera propuesta es conocer a Jesús desde nuestra vida interior, es decir, detenernos en la oración. Los grandes teólogos hacen teología desde la experiencia contemplativa de Dios. Él nos da la vida, la fuerza, el consuelo, la esperanza, y la misión. Pero con conocerlo no basta, hay también que celebrarlo en la fe. Conocer a Jesús debe abrirnos a otro camino, que es: anunciarlo. Todos estamos invitados, llamados a mostrar, a anunciar, a través de nuestros gestos, nuestras palabras, nuestras acciones, que Jesús es el camino, la verdad y la vida”.

En otro momento de su homilía, Monseñor Guillermo recalcó: “Hoy inicio un nuevo tiempo con ustedes, en esa importante Arquidiócesis de Piura y Tumbes, como Administrador Apostólico. Y quiero comenzar este camino siguiendo las líneas que traza el Papa Francisco en su importante documento Evangelii gaudium. El Santo Padre nos exhorta a un trabajo desde la Sinodalidad, nos llama a una nueva evangelización, nos invita a que nos quitemos la sensación de que el mensaje de Cristo es como una pesada losa que nos agobia. Nos anima a que anunciemos a Cristo a tantos hermanos nuestros que están atrapados por esos falsos dioses, como son el dinero, el poder, la manipulación de los demás. A lo largo de estos días que he estado con ustedes he visto lo necesitado que está nuestro pueblo de Dios. El Santo Padre hace un llamado a todos los bautizados, para que con fervor y dinamismo llevemos a otros el amor de Jesús, y a mantenernos en un estado de permanente misión. Para realizar esta tarea, el Papa nos invita a recuperar la frescura original del Evangelio, encontrando nuevos caminos, nuevos métodos creativos. Pero también el Papa habla de una necesaria conversión permanente en todos. Queridos hermanos, sigamos en este camino como Iglesia, mirando todo lo bueno que se hizo, y lo mucho que aún tenemos por hacer, en favor de este hermoso pueblo de Piura y Tumbes, a quien he venido a servir”.

Dirigiéndose a los sacerdotes presentes, les dijo: “El Papa acaba de enviarnos a los párrocos una hermosa exhortación para redescubrir que la parroquia no solo es un lugar de sacramentos. La parroquia es una familia de familias, en las que el laico se tiene que sentir acogido, en donde se tiene que promover la vida, Queridos hermanos sacerdotes, la nueva evangelización no se podrá llevar a cabo sin nuevos evangelizadores que hagan sonar la alegría del anuncio, y recuperar la frescura del Evangelio. ¿Qué debemos hacer? El Papa nos exhorta a ser signos de esperanza, poniendo en marcha la revolución de la cercanía, de la ternura, venciendo la mundanidad espiritual, no quedándonos en el pasado. Nos pide que no clasifiquemos a nadie, por razón ideológica, racial o cultural. Nos pide salir al encuentro de los otros, a todas las periferias, tanto físicas como existenciales. Durante las visitas que vengo haciendo a las parroquias, he ido viendo el gran esfuerzo, que todos ustedes hacen atendiendo parroquias inmensas, algunas con más de 120 capillas. Sé que eso conlleva un gran esfuerzo, pero les pido que no se dejen vencer. Esto realmente para mí como Obispo, me invita a ser pastor, hermano, amigo, a caminar junto con ustedes. A veces me sucede que tengo la sensación de que mis acciones parecen pequeñas, pero luego recuerdo que, aunque las acciones sean pequeñas, tienen mucho poder. Quiero inspirarlos y contagiarlos, así como Jesús me inspiró y me contagió. Les pido que nunca nos demos por vencidos, porque nuestras acciones y nuestro ejemplo pueden ayudar a cambiar el mundo. Recuerden siempre que, mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo, y yo estoy convencido de ello. Y eso es lo que quiero hacer aquí, lo único que quiero hacer, es servir. Porque para eso me hicieron Obispo, para servir”.

Culminada la Santa Misa, Monseñor Guillermo Elías fue agasajado con un almuerzo en el Seminario Arquidiocesano “San Juan María Vianney” de nuestra ciudad, donde los sacerdotes y seminaristas de Piura y Tumbes tuvieron la oportunidad de pasar momentos de confraternidad con nuestro Padre y Pastor.

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