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ARZOBISPO SE REUNE CON EQUIPOS PARROQUIALES DEL PROGRAMA “CONSTRUYENDO JUNTOS NUESTRA IGLESIA”

27 de diciembre de 2023 (Oficina de Prensa).- Con ocasión de la Natividad del Señor Jesús, nuestro Arzobispo Metropolitano, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., sostuvo un emotivo encuentro con los integrantes de los equipos parroquiales que tienen a su cargo la campaña “Construyamos Juntos Nuestra Iglesia” (CJNI) en nuestra Arquidiócesis, campaña que desde hace más de 26 años permite a los fieles católicos de Piura y Tumbes practicar la caridad y la corresponsabilidad, contribuyendo al auto sostenimiento de nuestra Iglesia particular. La reunión se llevó a cabo en el auditorio San Marcos de la Parroquia “Santísimo Sacramento” de nuestra ciudad.

Durante su participación, nuestro Pastor les agradeció por el abnegado trabajo que vienen haciendo en favor de esta campaña que busca comprometernos como fieles cristianos a dar una respuesta de gratitud al amor de Dios, y compartió con ellos una reflexión en torno al tema de la Corresponsabilidad Eclesial, deseándoles una Santa Navidad y un Nuevo Año lleno de las Bendiciones del Señor, para ellos y sus familias. Más adelante la Sra. Mercedes Espinoza Oliva, Administradora General del Arzobispado de Piura, y la Srta. Nélida Clavijo, secretaria adjunta de CJNI, entregaron a los participantes un significativo presente, como agradecimiento por los logros obtenidos, el mismo que pudieran compartir con sus familias en la Nochebuena.

Dirigiéndose a los presentes, Monseñor Eguren les dijo: “La corresponsabilidad brota de la gratitud de descubrir que todo lo que somos, tenemos y tendremos, es fruto de la gratuidad del amor de Dios en nuestras vidas. Por ello es tan importante fomentar la cultura del dar, de la generosidad, del desprendimiento y de la solidaridad. Sólo así vivimos nuestro ser de discípulos y respondemos al llamado del Señor Jesús de vivir en plenitud nuestra condición de bautizados. Porque la corresponsabilidad eclesial es exigencia de nuestro bautismo, y el laico está llamado a no ser un simple espectador en la Iglesia o un mero colaborador del sacerdote, sino protagonista en la vida de la Iglesia y corresponsable de su misión”.

“Nuestra campaña de corresponsabilidad eclesial es una obra de Dios. A lo largo de estos años son miles de laicos los que se han identificado con la Iglesia y su misión, y han colaborado con la evangelización y la salvación de los demás donando su tiempo, sus talentos, su tesoro, y sobre todo dando testimonio de su fe. Este esfuerzo debemos ahora impulsarlo aún más, despertando en muchos más hermanos nuestros en la fe la conciencia de que son portadores de dones que deben desarrollar y poner al servicio de los demás en unidad y complementariedad, formando así el único Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. A lo largo de estos años y gracias a la generosidad de nuestros bienhechores hemos podido juntos ayudar en la formación de los futuros sacerdotes en el Seminario Arquidiocesano, contribuir a la educación de los más pobres, socorrer a nuestros enfermos portadores de VIH, a los niños y adultos con habilidades especiales del Centro de Reposo San Juan de Dios, a los ancianos desamparados, así como asistir a los más necesitados con programas de alimentación, y es que esta campaña tiene como finalidad no sólo ayudar a los miembros de la Iglesia, sino a todo el que lo necesite sin excepción”, acotó nuestro Arzobispo.

Celebración de la Navidad con Directivos del Consorcio Arquidiocesano de Colegios Parroquiales de Piura

Posteriormente, Monseñor Eguren se reunió también con los integrantes del Consejo Directivo del Consorcio Arquidiocesano de Colegio Parroquiales de Piura (CACPAP), con quienes celebró una liturgia navideña frente al hermoso pesebre que tienen en sus oficinas. A ellos, les agradeció por el encomiable trabajo que vienen realizando en favor de la formación de los miles de niños y jóvenes de nuestra Arquidiócesis. Asimismo, compartió con ellos una reflexión sobre este tiempo de Navidad, y les dijo: “Queridos hijos, la Navidad, es toda una invitación a hacernos sensibles a la presencia salvadora del Señor Jesús que viene a nosotros en la Nochebuena. Él, respetuoso de nuestra libertad, llama a la puerta de nuestro corazón pidiendo humilde posada. No permitamos que nuestro corazón, embotado con los muchos ruidos del mundo, no nos permita percibir y oír la llamada del Señor que, en compañía de su Madre Santa María y de San José, nos llama por nuestro nombre. No seamos sordos e insensibles a su presencia, sino más bien, advertimos lo esencial del espíritu navideño: Él llama a nuestro corazón trayéndonos la verdadera alegría que vence todas las tristezas y dolores del mundo; aquella alegría que llena la vida de felicidad, y que el mundo es incapaz de darnos”.  

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