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ARZOBISPO REALIZA INTENSA VISITA PASTORAL A TUMBES

12 de octubre de 2019 (Oficina de Prensa).- En pleno Mes Misionero Extraordinario, nuestro Arzobispo Metropolitano Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., viene realizando una nueva Visita Pastoral a la Vicaría Episcopal de Tumbes y como primera actividad ha sostenido un encuentro con un numeroso grupo de docentes del curso de religión en diferentes niveles educativos pertenecientes a la Oficina de Educación Católica (ODEC) Tumbes. A su llegada al lugar, fue recibido por Monseñor Rafael Egüez Beltrán, Vicario General de Tumbes y la Prof. Liliana Gonzales Saavedra, Subdirectora de la ODEC.  Durante su participación en el encuentro que se realizó en el Auditorio de la Parroquia “San Nicolás de Tolentino”, nuestro Pastor desarrolló el tema: “El ser y el quehacer del docente de educación religiosa” y reflexionó con los profesores acerca de su vocación a la santidad, como maestros, y su importante misión al servicio de la juventud y de las familias, generándose un interesante diálogo en el cual los profesores pudieron plantear a Monseñor Eguren sus preguntas e inquietudes acerca de la labor formativa y educadora que desempeñan cada día.

Amen a todos sus alumnos sin distinción

Nuestro Pastor agradeció el importante trabajo que desempeñan los docentes y les dijo: “Enseñar no solo debe ser un transmitir información, sino sobre todo brindar formación integral, humana y cristiana. Busquen ayudar a que los jóvenes de hoy conozcan, amen y sigan más de cerca a Cristo, el único que tiene palabras que resisten el desgaste del tiempo y se proyectan a la eternidad. Su vocación de educadores es un trabajo hermoso, un gran desafío y una enorme responsabilidad, porque ustedes también son padres espirituales de los niños y jóvenes que están bajo su cuidado. Esfuércense por conocer a cada alumno en su realidad personal y familiar, solo así podrán ayudarles de la mejor manera. Amen a todos sus alumnos sin distinción, pero con mayor dedicación a aquellos que más lo necesitan. La escuela cristiana no debe limitarse a una educación académica calificada, sino que también está hecha de relaciones humanas en la caridad de Cristo. Recuerden que todo maestro católico debe ser para sus alumnos un verdadero ejemplo y testimonio de vida cristiana, punto de referencia y fuente de inspiración”.

Alianza entre familia y escuela

Consultado sobre la importancia de que los maestros ayuden a fortalecer la unidad familiar, Monseñor Eguren dijo: “La escuela tiene que servir de puente que acerque a los padres con sus hijos, ya que el ritmo de la vida de hoy tiende a una dispersión de las relaciones familiares. Hay que mostrar el valor maravilloso que significa la familia como comunidad de personas. Recuerden que si no hay familia, no hay futuro. Las familias fuertes hacen sociedades y países fuertes. Nunca hay que olvidar que es en la familia, en estrecha alianza con el colegio, donde se forman los futuros ciudadanos. Por ello es muy importante que su labor vaya profundamente ligada al fortalecimiento de la familia. Conviértanse en colaboradores cercanos de los padres, porque ellos son los primeros educadores de sus hijos. Si los padres se dedican, junto con la escuela, a la formación cristiana de los hijos y de los alumnos, tendremos mañana ciudadanos honestos, veraces, laboriosos, solidarios y justos; y la Iglesia vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. En nuestro país hay grandes héroes y santos que llegaron a serlo gracias a la formación que recibieron en sus hogares y en sus escuelas, y que hoy son fuente de inspiración y de virtudes para todos los peruanos. De esa unión estratégica entre escuela y familia es que se logrará formar a nuestros niños y jóvenes que no son el futuro sino el presente del Perú”.

Jesús debe ser su modelo de maestro

En otro momento y respondiendo a la pregunta acerca de cuál debe ser el perfil de todo maestro católico, nuestro Arzobispo les dijo: “Queridos profesores, el mejor modelo que pueden tener es Jesús, que es el maestro por excelencia. Ustedes están llamados a presentarles a sus alumnos la fe y toda la belleza de sus exigencias. Por ello, en estos tiempos de relativismo imperante y de confusión para los creyentes, es muy importante estudiar y conocer la fe en su dimensión integral. Los animo a ahondar en el estudio del Catecismo y la Doctrina Social de la Iglesia. Lleven una profunda vida espiritual. Manténganse en una formación permanente que los lleve a conocer y a saber responder a los desafíos de la cultura de hoy, como es por ejemplo la ideología de género.  Instrúyanse en diversos temas, los animo a conocer más la vida de los santos, especialmente los de nuestros tiempos, para que así puedan presentarlos como apelantes modelos de vida cristina. A pesar de que puedan sentir que van contra la corriente, nunca se desanimen. Con el Papa Francisco les digo: «No se dejen robar la Esperanza ni la alegría de ser maestros». Cultiven mayores y mejores lazos de fraternidad entre ustedes, forjen fuertes vínculos de amistad, trabajen siempre en equipo, recurran al consejo de sus colegas, ayúdense entre ustedes para que así puedan cumplir con su misión de educar en la fe a sus alumnos”.

Encuentro con Inmigrantes Venezolanos

Más adelante, nuestro Arzobispo, siguiendo la enseñanza del Papa Francisco que nos pide acoger, proteger, promover e integrar a nuestros hermanos inmigrantes, visitó la Casa Refugio “Sagrado Corazón de Jesús”, ubicada en el Distrito de Corrales (Tumbes), y que es atendida y supervisada por las religiosas “Hijas de Santa Ana”. Ahí se encuentran acogidas varias familias de hermanos nuestros venezolanos que lamentablemente han tenido que dejar su país huyendo de la dura crisis que allá se vive. La Hna. Ana Sofía Vásquez Arenas, Superiora de la Comunidad, recibió a Monseñor Eguren quien a su llegada fue agasajado por nuestros hermanos venezolanos quienes le agradecieron por la visita y por la ayuda que la Iglesia les viene brindado. La pequeña Lucía, que se encuentra en nuestro país desde hace ya varios meses, le dedicó una hermosa canción acompañada por su padre con la guitarra. Asimismo, el docente venezolano Carlos Guarnió, le dirigió unas sentidas palabras a nuestro Pastor: “Quiero agradecerle Monseñor en nombre de todos mis compatriotas, por ese noble gesto de acogernos y darnos la bienvenida aquí a su tierra. Desde que hemos llegado venimos sintiendo el cariño y la comprensión de los hermanos peruanos. Nosotros hemos llegado hasta aquí y aunque algunos estamos de paso, queremos dejar huella y en algún momento devolverles tanta simpatía. Corrales se ha convertido en nuestro segundo hogar. Gracias por todo”.   

Queremos que ustedes se sientan entre hermanos

Monseñor Eguren, les dirigió a nuestros hermanos migrantes unas palabras: “Me alegra estar esta mañana aquí compartiendo con ustedes este bonito encuentro en donde veo con mucha satisfacción la presencia de muchos niños que son los predilectos de Jesús. Quiero decirles que la Iglesia los acoge con mucho amor. Es la caridad de Cristo, quien es el buen samaritano, la que nos impulsa a acogerlos, integrarlos y ponernos a su servicio y el de sus familias. Queremos que ustedes se sientan entre hermanos y estamos comprometidos en ayudarlos, según el máximo de nuestras posibilidades y capacidades, para que así sea. Por razones de historia y de fe comunes, los sentimos a ustedes muy cerca. Agradezco profundamente a las religiosas Hijas de Santa Ana por el excelente trabajo de acogida y de apoyo que están realizando en favor de ustedes, demostrando así, junto los sacerdotes de la Vicaria Episcopal de Tumbes, que no hay que tener miedo a acoger al inmigrante. Ustedes se han convertido en una bendición de Dios para nosotros, en una hermosa oportunidad para renovarnos en nuestro apostolado y nuestra misión evangelizadora. Gracias por enriquecernos con su fe, con su espíritu de emprendimiento, con sus habilidades profesionales y capacidades artísticas. Con el Papa Francisco quiero decirles ¡Primero los últimos! Esta es la lógica del Evangelio y por eso los vemos como nuestros hermanos muy queridos”.

Cabe destacar que en esta Casa Refugio se brinda cobijo actualmente a más de 22 familias, pero también se les atiende con alimentación en el comedor «Rosa Guttorno» y con ayuda médica gracias al apoyo de la Dra. Marialber, médico cirujano venezolana, que colabora gratuitamente con las religiosas. Asimismo, aquí se desarrolla el programa “Espacios amigables” donde se brinda reforzamiento escolar y talleres lúdicos para los niños venezolanos. Este es un claro ejemplo del trabajo conjunto impulsado por la Iglesia en beneficio de nuestros hermanos inmigrantes.

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