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ORACIÓN PATRIÓTICA CON OCASIÓN DEL LXXV ANIVERSARIO DE LA INMOLACIÓN DEL CAP. FAP. JOSÉ ABELARDO QUIÑONES GONZÁLES

quinones

22 de julio de 2016 (Oficina de Prensa).- La mañana de hoy, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura, pronunció una oración patriótica durante la ceremonia y desfile con ocasión del 75° Aniversario de la inmolación del Capitán FAP don José Abelardo Quiñones Gonzáles y Día de la Fuerza Aérea del Perú. La ceremonia se llevó a cabo en el Grupo Aéreo N° 7 de nuestra ciudad y contó con la presencia del Comandante General del Ala Aérea N° 1, General  FAP Luis Miguel Tueros Manarelli y el Comandante del Grupo Aéreo N° 7 Coronel FAP Edar Echegaray Pacheco, acompañados de los comandantes generales de la Región Militar del Norte, la Primera Zona Naval y la Región Policial Piura, así como los miembros de la Fuerza Aérea del Perú de Piura, los integrantes de la Legión de Honor Quiñones y las principales autoridades civiles de nuestra región, quienes rindieron homenaje al Héroe Nacional y Gran General del Aire del Perú.

A continuación publicamos la oración patriótica completa de Monseñor Eguren:  

LXXV ANIVERSARIO

DE LA INMOLACIÓN DEL

CAP. FAP. JOSÉ ABELARDO QUIÑONES GONZÁLES

Nos hemos congregado esta mañana para enaltecer los méritos de uno de los hijos más queridos del Perú: El Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales, con justicia llamado “el guerrero del aire insuperable”, quien un día como hoy hace 75 años voló a la gloria al entregar su vida por nuestra amada Patria, el Perú. Su ejemplo, que es digno de ser imitado por todos los peruanos, constituye una inextinguible lección de patriotismo para nosotros y para las futuras generaciones de peruanos.

quinones-9Ya en sus años de formación como aviador militar, Quiñones había expresado en dos bellas frases el ideal que ardía apasionantemente en su juvenil corazón: “Todo ser humano tiene en el camino su pedestal de héroe. El mérito consiste en que, llegado el momento, tenga el coraje suficiente para subir a él”. “El aviador, llegado el momento debe ir hasta el sacrificio”. Quiñones siempre soñó con ser héroe, con los altos ideales que siempre llenan de sentido la vida. Qué ejemplo para nuestra juventud de hoy tan asediada y tentada por el conformismo, la vida fácil, la indiferencia, la violencia, el afán de tener, del poder, y del placer impuro. Quiñones es el joven héroe que con apenas 27 años de edad nos dejó una imperecedera lección de honor y de amor al Perú, cuando aquel 23 de julio de 1941 supo defender a su Patria con su vida, enseñándonos a todos, pero especialmente a la juventud peruana, que la vida sólo se despliega plenamente cuando ésta se entrega por amor, porque no hay nada más grande que dar la vida para que otros vivan (ver Jn 15, 13).

quinones-4La heroicidad de Quiñones no fue improvisada. Su heroísmo no fue un acto o arrebato del momento sino fruto de su educación y formación, del cultivo de las virtudes y de los valores en el seno de su familia y de los colegios donde estudió. Su heroicidad se fue construyendo en primer lugar en su hogar cristiano y católico, formado por sus padres José María y Juana Rosa, en unión con sus hermanos José Salvador y Raúl Augusto. Junto con el hogar, colaboran en la formación de nuestro héroe las distintas escuelas donde estudió: La Escuela de Educación Inicial “Juana Alarco de Dammert” que dirigían las hermanas Elvira, Delia y Esperanza Bulnes. El Colegio Nacional “San José” de Chiclayo, cuyo director, Karl Weiss, al impulsar la actividad del vuelo en planeador fortaleció en Quiñones su amor por la aviación ya despertado en él por las hazañas de destacadas figuras de la aviación civil peruana, como Jorge Chávez y Juan Bielovucic. Y los colegios secundarios limeños de los “Sagrados Corazones” de la Recoleta y el Colegio Nacional “Nuestra Señora de Guadalupe”. Es oportuno señalar que el Colegio de la Recoleta era un plantel regido por sacerdotes franceses que habían participado como capellanes durante la I Guerra Mundial. De ellos aprenderá Quiñones no sólo la disciplina sino sobre todo el amor a la patria, la valentía y el coraje.

quinones-6Es en estos ámbitos, la familia y la escuela, donde nuestro héroe aprendió a ser abnegado, sacrificado, honesto, valiente, leal, disciplinado, responsable, servicial, generoso, paciente y buen amigo. Gracias a este binomio familia-escuela, a la cual se unió la formación recibida en su amada Fuerza Aérea del Perú, la cometa, firmemente unida al tenso cordel, que en su niñez Quiñones echó al viento, con el paso de los años se convirtió en el legendario avión North American NA-50 “Pantera”, quien comandado por el audaz piloto, señor y caballero de los aires, voló hacia la inmortalidad elevando a nuestro joven Teniente a la condición de héroe y paradigma nacional, hoy reconocido póstumamente por la Ley N° 29160 del 18 de diciembre de 2007, con el grado de Gran General del Aire.

quinones-8Sí hermanos, hoy necesitamos fortalecer a la familia y mejorar la capacidad formativa de nuestros maestros, cuya tarea es perfeccionar la educación que nuestros niños y jóvenes reciben de sus padres, primeros responsables de la misma. La heroicidad de Quiñones fue posible gracias al amor fiel y generoso de sus padres. Gracias a ese amor, él pudo crecer sereno, ganar confianza en sí mismo y en la vida, y aprender a ser capaz de vivir un amor auténtico y generoso de entrega hasta el sacrificio. La heroicidad de Quiñones también fue posible gracias a que tuvo buenos maestros que le dieron un testimonio coherente de vida, y le ayudaron a templar su carácter, enseñándole a distinguir entre el bien y el mal, y a construir su vida sobre sólidas reglas, las cuales le sostuvieron en las pruebas futuras y de manera especial el día de su inmolación, un 23 de julio como hoy hace setentaicinco años. Sólo con familias fuertes edificadas sobre matrimonios fuertes entre un varón y una mujer, y con buenas escuelas que tengan al frente buenos maestros, el Perú siempre tendrá la posibilidad de contar con héroes que estén dispuestos a entregar sus vidas por la Nación haciendo de nuestra Patria, una Patria digna, libre y soberana, donde reinen la justicia y la unidad.

quinones-7Quisiera dedicar mi reflexión final a una virtud en la cual el Capitán FAP José Abelardo Quiñones destacó: La amistad. Para ello quisiera leerles parte del testimonio del Técnico de Segunda FAP Carlos Raffo García, quien fuera el encargado del mantenimiento del avión de nuestro héroe. Este testimonio que consta en los Archivos de la Dirección de Información de la Fuerza Aérea del Perú, manifiesta cuán alta era esta virtud en la vida de Quiñones, la cual no sólo se limitaba a los oficiales sino que se extendía también al personal subalterno, dándonos así una maravillosa lección de cómo en un instituto militar como la FAP debe vivirse la amistad dentro de la jerarquía y disciplina que caracterizan a todo instituto armado; y cómo ella ayuda a vivir mejor nuestras responsabilidades y deberes. Leo a continuación el vibrante y emocionante testimonio de Carlos Raffo:

quinones-5“La confianza que tenía hacia mi persona era tanta que me sentía en todo momento comprometido hasta con lo mínimo de mi trabajo, para que en ningún momento él se sintiera defraudado. «Cuando estoy allá arriba en las alturas, tengo dos motivos para sentirme firme y seguro de lo que hago…la mano de Dios y tus manos amigo», me decía. Fueron muchas veces que él salía rumbo a lo alto, se despedía desde su cabina y yo levantaba mi mirada hasta que desaparecía de mi vista. Nunca imaginé que aquel 23 de julio, él subliminalmente se despidiera y yo no. En el fondo presentía su partida; después de revisar su avión y abrir la cabina me dio un abrazo y apretando muy fuerte mi mano me dijo: «Agradezco a Dios por habernos encontrado en el camino…Gracias Carlos, gracias». Entonces yo le dije: «Agradezco sus palabras mi Teniente, el tiempo y el destino nos ha marcado para encontrarnos en esta etapa de nuestras vidas y créame que me siento muy contento de conocerlo y que usted me considere su amigo». Esas fueron las últimas palabras que cruzamos…después todo esta escrito. Nunca imaginé que aquel joven de vida corta, hiciera su gloria eterna. Su imagen se quedó entre nosotros como un rápido y rasante vuelo; como aquel vuelo invertido del día de su graduación. Hasta ahora sigo contando esta historia a las nuevas generaciones. José Quiñones fue un magnífico aviador, una estupenda persona pero sobre todo un gran amigo…Mucha gente entrará y saldrá de tu vida, pero sólo los amigos verdaderos dejarán huellas en tu corazón. Porque es muy difícil encontrar un buen amigo…Más difícil todavía dejarlo, e imposible olvidarlo”.       

Queridos Aviadores Militares: Ustedes son los herederos de Quiñones, de su heroicidad, de su hazaña inmortal. Como canta vuestro Himno institucional, cuiden en los cielos a nuestra hermosa Patria, con orgullo y con valor, y velen siempre para que en todo nuestro territorio bata invicta su ala nuestro gran bicolor.

¡Honor y gloria al Capitán FAP José Abelardo Quiñones!

¡Honor y gloria a la Fuerza Aérea del Perú!

¡Honor y gloria a nuestra Patria: el Perú!

 

San Miguel de Piura, 23 de julio de 2016.
Día de la Aviación del Perú

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