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MENSAJE DEL ARZOBISPO METROPOLITANO DE PIURA CON OCASIÓN DEL DÍA DE LA MADRE 2017

Les hago llegar a todas las madres de Piura y Tumbes mi cariñoso saludo y profundo agradecimiento por todo lo bueno y noble que ustedes, queridas mamás, significan para nosotros sus hijos, para nuestra sociedad y para la Iglesia. De manera especial las confiamos al amor y cuidado de la Santísima Virgen María, modelo excelso de la maternidad.

Dios Padre ha confiado a la mujer el poder maravilloso de la vida. Su vocación, porque la maternidad es una vocación, es dar vida. Cada nuevo ser humano es concebido y crece bajo el cuidado del corazón amoroso de una madre. Ella es la elegida por el Señor para cuidar el precioso regalo de la existencia humana. Desde que somos concebidos en su seno, ella ya nos prodiga su amor hablándonos, otras veces cantándonos y constantemente abrazándonos con sus manos posadas sobre su vientre como expresión de su ardiente deseo de protegernos y tenernos ya en sus brazos. Nadie mejor que una madre para saber que la vida humana es sagrada desde la concepción hasta nacimiento y durante todas las etapas de la existencia hasta su fin natural. Cuando nacemos lo primero que vemos, como signo del amor divino, es su sonrisa. A lo largo de nuestra vida nuestra madre nos cuida, alimenta y educa, misión que no tiene horarios, que no conoce de vacaciones o descansos y que sólo culmina cuando Dios la llama a gozar de su presencia. Por eso no sólo hoy, Día de la Madre, sino todos los días del año debemos dar gracias a Dios por el don de nuestras madres, por todos sus sacrificios y su amor incondicional.

Como afirma el Papa Francisco, un mundo sin madres sería frío y sin sabor a hogar. Una madre es el mejor antídoto contra el egoísmo y la apatía. Pero una madre también nos da la fe. Junto con el padre nos prodiga el santo bautismo, nos enseña las primeras oraciones, los primeros gestos de devoción, nos educa a mirar con amor a Jesús, a conocerlo y a seguirlo. A semejanza de María Santísima, ella también nos dice: “Hijo mío: haz siempre lo que Él te diga si quieres ser feliz”. Sin las madres cristianas, no sólo no habrían nuevos fieles, sino que la fe perdería su calor y su belleza.

“Una sociedad sin madres sería una sociedad deshumanizada, porque las madres siempre saben testimoniar incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral”.[1] Por eso hoy Día de la Madre, quiero rendirte homenaje a ti madre que en medio de las horas más difíciles de la emergencia que hemos vivido por las recientes lluvias e inundaciones, mantuviste la fe, abrazaste y sostuviste el sufrimiento de tus hijos dándoles fortaleza y esperanza para que nunca duden del amor de Dios. Mi admiración por ti madre, que diste a luz a tu hijo en un helicóptero o en un albergue enseñándonos que la vida es sagrada y bella desde la concepción hasta su fin natural. Mi homenaje a ti madre, que has perdido tu casa y aún vives en un centro de refugiados, en una carpa, pero que con tu amorosa presencia le das a tu esposo y a tus hijos unidad y sentido de pertenencia. Mi homenaje a ti madre que a pesar de todos los problemas como el hambre, la sed, y la enfermedad no te das por vencida y sigues luchando para darle a tu familia lo mejor.  

En este mes de Mayo, mes dedicado a María Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, a Aquella que nos manifestó su inmenso amor y preocupación hace cien años bajando del Cielo y apareciéndose en Fátima a tres pastorcitos, para enseñarnos que en esta vida tendremos ocasiones para sufrir y padecer pero que la gracia de Dios nos fortalecerá y asistirá siempre; que debemos evitar en todo momento el pecado para no ir al infierno; que es necesario convertirnos y consagrarnos a su Inmaculado Corazón para que haya paz en el mundo; que debemos rezar todos los días el Rosario en familia diciendo después de cada misterio “Oh Jesús, perdónanos nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno y lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”; a Ella le pedimos que bendiga a todas nuestras madres, y que lleve al Cielo a las que ya han fallecido.

Pide sus oraciones y los bendice con afecto.

San Miguel de Piura, 14 de mayo de 2017
Domingo V de Pascua

firma de monseñor

 [1] S.S. Francisco, Audiencia General de los Miércoles, 7-I-2015.

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