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PALABRAS DEL ARZOBISPO METROPOLITANO DE PIURA CON OCASIÓN DEL HOMENAJE A LAS FUERZAS ARMADAS, POLICÍA NACIONAL Y CUERPO DE BOMBEROS VOLUNTARIOS DEL PERÚ

El gran pensador peruano don Víctor Andrés Belaúnde, afirma que hay dos lugares donde los peruanos, a pesar de nuestras diferencias, siempre nos encontraremos unidos: debajo del Altar y de debajo de nuestro sagrado Pabellón Nacional. Hoy domingo en esta Plaza de Armas de nuestra cálida ciudad de San Miguel de Piura, al abrigo de nuestra amada Bandera Roja y Blanca, estamos aquí reunidos para rendir justo y sentido homenaje a los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Perú, por su destacada y abnegada labor durante la reciente emergencia que nuestra Ciudad y Región de Piura han vivido a consecuencia de las fuertes lluvias e inundaciones que hemos padecido por el llamado “Fenómeno del Niño Costero”.

Hemos visto a nuestros soldados, marinos, aviadores, policías y bomberos, cumplir peligrosas pero a la vez exitosas misiones de rescate, alimentación, sanidad, transporte, limpieza, fumigación y seguridad, con un alto grado de altruismo, nobleza y profesionalismo, sólo explicable por el gran amor de sus miembros al Perú, a Piura en particular, y sobre todo a sus compatriotas, especialmente a los más pobres y humildes.

En lo personal he sido testigo de excepción que para ellos no había horarios cuando la desgracia se abatió sobre nosotros. Incluso enfermos de dengue salían a cumplir con su deber. Igual homenaje rendimos a sus esposas que en más de una ocasión acompañaron a sus esposos a llevar consuelo y alivio a miles.

Oficiales, personal subalterno y de tropa, hermanados como una sola fuerza, desde tierra, aire y mar, con escasas horas de sueño y muchas veces con sólo un sencillo desayuno, trabajaban sin desmayo, rescatando, evacuando, transportando, curando y alimentando a nuestros hermanos damnificados. Por todo ello les estamos eternamente agradecidos y les rendimos nuestro homenaje de respeto y eterna gratitud.

Los peruanos solemos tener dos grandes defectos que a saber son, la ingratitud y la mezquindad. Hoy los piuranos queremos superar el primero de ellos con este sencillo pero significativo acto de público reconocimiento y admiración, y decirles a todos ustedes, en nombre del pueblo piurano: ¡Gracias! Gracias, por vuestra entrega, servicio y total dedicación a la misión. Gracias, porque para salvar a nuestras familias, niños, jóvenes, ancianos y enfermos, estuvieron dispuestos a arriesgar sus propias vidas y perder a las suyas. Gracias porque dejaron su alma en cada acción durante la emergencia y así nos enseñaron a ver el futuro con esperanza y a tener la certeza que los peruanos cuando estamos unidos somos capaces de enfrentar cualquier desafío por grande que éste sea, y con la ayuda de Dios salir adelante, más grandes y fortalecidos que nunca.

Gracias, porque nos han enseñado una vez más que el amor al Perú y a nuestro prójimo, vivido cristianamente, debe ser siempre el valor supremo que guíe nuestras vidas y nuestro actuar público. Piura y el Perú están en deuda con ustedes.   

Pero decía que además de la ingratitud, los peruanos solemos tener otro gran defecto que también tenemos que desterrar: la mezquindad. La reciente experiencia y el testimonio que nos han dado los peruanos con uniforme durante el “Fenómeno del Niño Costero”, tiene que ser una ocasión privilegiada para restaurar de manera definitiva la unidad del pueblo peruano con sus Fuerzas Armadas. Ellos junto con la Policía Nacional y nuestros queridos Bomberos Voluntarios, forman parte de la gran familia peruana. Ya es hora de rechazar para siempre esa maligna estrategia de separarlos y enfrentarlos al resto del Perú y por tanto incluirlos siempre en nuestras preocupaciones y en sus justas demandas y necesidades.

Por ello propongo que de ahora en adelante en los pedidos que los piuranos hagamos al Gobierno central para la gran tarea de la reconstrucción y modernización de Piura, junto con exigir los recursos que necesitamos para educación, salud, vivienda, saneamiento, infraestructura, etc., pidamos también para que a los peruanos que visten el uniforme de la Patria, no les falte nunca justas remuneraciones, tanto para los que están en actividad como en situación de retiro, así como los medios y el equipamiento necesario para cumplir con la misión que la Constitución y las Leyes les señalan.

Me pregunto: ¿Es justo que ellos que exponen todos los días sus vidas por nosotros reciban sueldos y pensiones bajísimas? ¿Es posible que a casi dos meses de dada por concluida la emergencia por parte del Ejecutivo, a las Fuerzas Armadas no se les haya reintegrado a su presupuesto el total de lo gastado durante la emergencia en combustible, horas de vuelo y navegación, y gastos operativos? ¿Es aceptable que nuestros soldados, marinos, aviadores, policías y bomberos no cuenten con los suficientes equipos, medios de transportes terrestres, marítimos y aéreos que requieren simplemente para cumplir con su deber?

Al respecto sólo contaré como anécdota que en mis idas y venidas al Grupo Aéreo N° 7 de nuestra Fuerza Aérea en Piura para recoger y llevar ayuda, pude observar que ni toda la flota combinada de transporte aéreo de la Fuerza Aérea, del Ejército, de la Aviación Naval y Policial, era suficiente para transportar toda la ayuda nacional e internacional destinada a Piura, así como trasladar a los miles de compatriotas que urgían de una evacuación médica o de un vuelo cívico para llegar a sus destinos. ¿Por qué el Gobierno no asigna más recursos para adquirir más unidades aéreas si cuenta con ello? La necesidad de estas unidades ha quedado más que demostrada en la reciente emergencia vivida en Piura y en gran parte del territorio nacional. Igualmente hemos sido testigos de la importancia de contar con más helicópteros debido a la desafiante geografía que tenemos en el Perú, y no es posible que en Piura, llamada la “Capital o la Madre del Niño”, no contemos por lo menos con dos unidades de este tipo de manera permanente.

Y eso que no entro a considerar la necesidad de más unidades navales, camiones de transporte, patrulleros, carros contra incendio, ambulancias, equipos de comunicaciones, etc. Y además advierto que el mismo Presidente de la República en una entrevista concedida el pasado día viernes a una importante radio ha señalado que hay un 50% de posibilidades de que a fin de año haya un nuevo “Fenómeno del Niño”.

Mezquino significa según el Diccionario de la Real Academia Española, al que escatima en el gasto, al falto de nobleza de espíritu, al pequeño y diminuto. El Estado no puede seguir tratando así a quienes han demostrado no sólo ahora sino siempre todo lo contrario, es decir: generosidad, entrega, magnanimidad, sacrificio, nobleza de espíritu, y excelencia. 

Quiero finalmente hacerles una invitación y un pedido. La invitación es a participar en la gran Fiesta y Procesión del Corpus Christi el próximo domingo 18 de junio, a las 5:00pm, en el Atrio de la Basílica Catedral de Piura, porque nuestros solos esfuerzos humanos no serán suficientes para la gran tarea de la reconstrucción que tenemos por delante. Como dice el Salmista: “Si el Señor, no construye la casa en vano se afanan los albañiles” (Sal 126, 1). Es decir el esfuerzo humano es inútil sin Dios. Asistamos para que Jesús Eucaristía renueve nuestra esperanza, nos libre de todo mal y nos ayude a reconstruir Piura.

De otro lado sin la “reconstrucción espiritual”, la material será imposible. Necesitamos primero reconstruir en nosotros la esperanza, la unidad, la honestidad, la laboriosidad, la justicia, la predilección por los pobres, el poder entendido como servicio al prójimo y al bien común, y ésta sólo se logra con el Señor Jesús: en Él y sólo con Él somos una sola fuerza. Así lo han demostrado los mismos damnificados a lo largo de estos meses dándonos una lección de un pueblo hondamente cristiano que gracias a su fe mantenía viva su esperanza en el futuro y su alegría de vivir.                   

El pedido: Que ante el anuncio de la muy probable visita del Papa Francisco el año 2018 al Perú, estemos muy unidos para lograr que venga a Piura, no sólo por razones históricas, ya que en nuestras tierras comenzó a existir el Perú al calor de la Evangelización hace casi 485 años, sino además porque Piura ha sido la región más afectada en toda nuestra Patria.

La presencia del Santo Padre entre nosotros será sin lugar a dudas el mejor aliento y apoyo para hacer realidad una Piura que sea casa y escuela de la comunión, donde todos los piuranos, pero especialmente los más pobres, encuentren mejores posibilidades de vida y de desarrollo integral. En este esfuerzo de hacer realidad la presencia del Papa entre nosotros, que sería la segunda en la historia de Piura después de la de San Juan Pablo II, el 4 de febrero de 1985, les ruego su apoyo unánime. De mi parte ya he conversado e invitado personalmente al Papa Francisco a venir a Piura. Oremos y actuemos para que sea una realidad.

Pongo en el Corazón Inmaculado de Nuestra Señora de las Mercedes, nuestra amada “Mechita” esta intención, así como le pido a Ella, Patrona de Piura y de nuestras Fuerzas Armadas, que bendiga siempre, a nuestros soldados, marinos, aviadores, policías y bomberos, que los cuide y proteja con su manto maternal. A Ella los consagro. Amén.

San Miguel de Piura, 04 de junio de 2017.

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