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CARTA DEL ARZOBISPO METROPOLITANO A TODA LA IGLESIA ARQUIDIOCESANA DE PIURA Y TUMBES CON OCASIÓN DEL PRÓXIMO X CONGRESO NACIONAL EUCARÍSTICO Y MARIANO DE PIURA

(Para leer en todas las Misas del Domingo XIX del Tiempo Ordinario 09 de agosto de 2015)

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Muy queridos hermanos y hermanas en Jesús, el Pan Vivo que da la vida al mundo:

Al concluir en nuestras Comunidades la Semana Eucarística de preparación al X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano, a realizarse del próximo jueves 13 al domingo 16 de agosto en el Estadio Miguel Grau de Piura, tengo a bien dirigirme nuevamente a ustedes con el fin de solicitarles que la próxima celebración de este Congreso sea una fervorosa manifestación de fe, en la que una gran multitud de fieles podamos adorar a Jesús en la Eucaristía y así ofrecer a todos un signo de la presencia y de la vitalidad de la Iglesia.

Les ruego que compartan esta inquietud con sus hermanos en las parroquias y comunidades de nuestra Arquidiócesis, y que salgan a animar a todos para que asistan, especialmente a los que están alejados del Señor y de Su Iglesia.

No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque nadie queda excluido del amor del Señor que con misericordia y ternura nos espera en la Eucaristía. “Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos… ¡Nos hace tanto bien volver a Él cuando nos hemos perdido!”.[1] 

El Congreso Eucarístico y Mariano es una hermosa ocasión para profundizar con intensidad en el misterio eucarístico para que así vivamos en toda su riqueza la centralidad de este Sacramento, ya que la Iglesia vive del Cristo Eucarístico, de Él se alimenta y por Él es iluminada. Igualmente con su celebración coronamos nuestro “Año Jubilar” por los 75 años de la creación de nuestra Iglesia particular que peregrina por Piura y Tumbes, tierra desde donde partieron hace 483 años a todos los rincones de nuestra Patria los pioneros del anuncio del Evangelio y de la Iglesia irradiando el don de la fe por toda nuestra hermosa Nación.

A lo largo de los diversos días y celebraciones del Congreso, el Señor nos invita a revivir de algún modo la experiencia de los discípulos de Emaús: “Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron” (Lc 24, 31). Sí, Señor Jesús, ábrenos los ojos para que descubramos la inmensidad de tu amor presente en la Hostia Santa, porque este admirable Sacramento perpetúa el amor “más grande”, aquel amor que te llevó a amarnos hasta el extremo de la Cruz (ver Jn 13, 1).

Sí, Señor Jesús, ábrenos los ojos para descubrirte a Ti como la aventura más bella de toda nuestra vida ya que este Congreso es un llamado tuyo a buscarte y a conocerte más y más, a través de la oración, la participación en los sacramentos, la meditación de tu Palabra, la catequesis y la escucha de las enseñanzas de tu Iglesia. Sí, Señor Jesús, ábrenos los ojos para que veamos el dolor y la necesidad que nos rodea y así tengamos un corazón solidario, porque si no tenemos un corazón lleno de caridad fraterna nuestra fe es muy débil, o está enferma o está muerta. La fe sin solidaridad no es la fe de Cristo.[2]

Junto con las veneradas imágenes del Señor Cautivo Peregrino de Ayabaca y del Señor de la Buena Muerte de Chocán, nos acompañará también la imagen preciosa de Nuestra Señora de las Mercedes de Paita, a quien llamamos con ternura de hijos “La Mechita” y que hace cincuenta y cinco años fuera coronada pontificiamente. El X Congreso Nacional Eucarístico y Mariano será por tanto ocasión para celebrar dos prodigios del amor de Dios que se entrelazan entrañable y devotamente: La Eucaristía y la Maternidad divina y espiritual de Santa María.

Nunca hay que olvidar que vivir la Eucaristía nos exige acoger a María como Madre. Que nuestras celebraciones de estos días nos conduzcan a escuchar la voz de Jesús que desde el Altar, memorial de la Cruz, nos dice: “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19, 26-27). Que las celebraciones de estos días nos hagan comprender que celebrar la Eucaristía significa también asumir el compromiso de conformarnos con el Señor Jesús bajo la guía y compañía maternal de Santa María, aprendiendo de Ella a ser en todo semejantes a Cristo, el hombre nuevo y perfecto quien restituyó en nosotros la semejanza divina, deformada por el pecado de Adán.

Queridos Hermanos: participemos multitudinaria y alegremente en cada una de las actividades del X Congreso Nacional  Eucarístico y Mariano, que ha sido enriquecido con el don de la Indulgencia Plenaria por el Santo Padre Francisco, así como en la gran procesión eucarística del domingo 16 de agosto que seguirá a la Solemne Misa de Clausura, la cual recorrerá las principales calles de la Ciudad de Piura. Mi invitación especial a las familias y a los jóvenes a unirse a esta gran fiesta de fe.

Somos un pueblo eminentemente cristiano y católico, amante de la Eucaristía y de la Virgen María. Que el Congreso Eucarístico Nacional sea una experiencia de gracia que nos conceda crecer en santidad y en apostolado, que despierte en muchos jóvenes la semilla de la vocación sacerdotal y consagrada, que haga de nuestras familias verdaderos cenáculos de amor y santuarios de la vida, que nos mueva a un alegre y valiente testimonio de vida cristiana, de misericordia y de caridad fraterna, para que siendo artesanos de unidad y comunión podamos ver en toda su plenitud la ansiada Civilización del Amor.

Pide sus oraciones y los bendice con afecto en el Señor.

[1] S.S. Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, n. 3.

[2] Ver S.S. Francisco,  Discurso a la población de Bañado Norte – Paraguay, 12-VII-2015.

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