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“SEAMOS LEVADURA DEFENDIENDO AL NIÑO POR NACER”

 21 de julio (Oficina de Prensa).- El domingo 20 de julio, Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V., Arzobispo Metropolitano de Piura celebró la acostumbrada Santa Misa dominical en la Basílica Catedral de nuestra ciudad ante una gran concurrencia de fieles.

En su homilía Monseñor Eguren reflexionó acerca del Evangelio del día (Mt 13, 24-43): “Hermanos, el Señor nos propone hoy tres nuevas parábolas para enseñarnos la verdad acerca del Reino de los cielos. Con la parábola del trigo y la cizaña, Jesús nos explica el problema del mal en el mundo y la paciencia amorosa que tiene Dios, su Padre. Dios creó todo bueno, pero fue su enemigo el diablo quien introdujo el mal en el mundo seduciendo al ser humano. Frente a ello el Señor no reacciona con ira y condena sino con paciencia e indulgencia, porque Él sabe que hasta el corazón más duro y pecador puede convertirse y ser trigo bueno, porque en el fondo está la semilla de su bondad y su amor, aquella que Él sembró cuando nos creó a su imagen y semejanza. Eso sí, llegará el día del juicio y por ello es importante y urgente convertirse cuanto antes, no sea que se nos acabe el tiempo”.

 Avanzando en su homilía, nuestro Pastor explicó que la segunda parábola de la pequeña semilla de mostaza, la más pequeña de todas, pero que cuando crece es capaz de convertirse en el arbusto más grande de todos, es todo un llamado a la esperanza: “Ni la primera ni la última palabra la tiene el mal. Cristo ya venció. El Reino que Jesús ha inaugurado con su primera venida crece de manera inexorable y firme y se hace cada vez más grande. Al final de los tiempos, con la última y definitiva venida del Señor Jesús, ese Reino será una realidad plena y total. Nuestra misión ahora es contribuir al crecimiento del Reino del Señor multiplicando las obras de verdad y amor. Aun cuando parezca que lo que hacemos es una pequeñez, como una semilla de mostaza, tengamos la esperanza de que ello contribuye decisivamente a hacer crecer la santidad y la gracia, a derrotar al pecado y al mal en el mundo”.

 A continuación nuestro Arzobispo explicó la parábola de la levadura: “Con ella Jesús quiere despertar en nosotros la conciencia de la importancia de dar testimonio de Él con nuestra palabra valiente y con el ejemplo de nuestra vida cristiana. Hermanos: los cristianos estamos llamados a ser levadura en la vida social, es decir, a dar testimonio de Cristo, a mostrarnos abiertamente como cristianos e hijos de la Iglesia, a hacer lo que Jesús haría si estuviera en nuestro lugar, a no quedarnos callados frente a la mentira y la injusticia, a sembrar amor ahí donde hay egoísmo e indiferencia. ¡Seamos levadura! Transformemos la vida social con obras de bien, de paz, de amor y de caridad; transformemos el mundo a través de una vida de fe coherente y auténtica. Que cada cual desde su propia vocación y estado de vida anuncie con coraje y sin desmayos el Evangelio”.

 Finalmente Monseñor Eguren concluyó diciendo: “Queridos hermanos, hoy el maligno también está sembrando el mal en el Perú. Hoy en nuestro país se ha sembrado la cizaña del aborto. A través del mal llamado aborto terapéutico, se abren las puertas en el Perú al crimen más abominable de todos, aquel que acaba con una vida inocente que tiene tanto derecho como tú y como yo a vivir. Y nosotros, ¿qué hacemos al respecto? El cristiano frente a esto tiene que tener una opción clara y decir ¡No al aborto! y ¡Sí a la Vida! Yo soy partidario de la Vida y me pongo del lado del Niño por Nacer. Me vuelvo voz del que no tiene voz, defiendo su derecho sagrado e inviolable a vivir desde su concepción hasta su fin natural. Nosotros como cristianos y discípulos de Jesús nos tenemos que levantar y decirle a los que han promovido esta norma que procurar el aborto de manera directa es algo intrínsecamente inmoral. No podemos callar ante estas circunstancias aun cuando los partidarios del maligno, los sembradores de cizaña, nos llamen conservadores, fundamentalistas y nos persigan. Recuerden que un buen cristiano siempre defiende y respeta el derecho a la vida de los demás, sobre todo del Niño por Nacer, derecho que hoy está siendo conculcado por medio de un protocolo que es innecesario tanto en la práctica como médicamente y que carece de todo sustento legal. Recemos para que el gobierno lo derogue”.

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